Un derrumbe de 50 metros en la carretera Interamericana Sur en Casamata, El Guarco –Cartago–, trastorna las actividades de transportistas y productores pues, entre otros inconvenientes, complica la llegada de contenedores a los puertos del Pacífico y el Caribe.
El cierre de la vía obliga a los camiones, autobuses y vehículos livianos a usar la Costanera Sur y, si necesitan ir al Valle Central, viajar por la ruta Caldera-San José.
Ese desvío les cuesta más tiempo, dinero y combustible, aunque no existen cifras precisas.
La situación se dificulta más dado que también la Interamericana Norte está cerrada en la comunidad de Cambronero, San Ramón.
Por tanto, la carga que viaja de Guanacaste hacia el Valle Central enfrenta retrasos en el recorrido.
Tal situación angustia a los exportadores de piña y melón.
Ayer manifestaron que tienen varados contenedores llenos de mercancía lista, a la espera de la reapertura de las vías.
Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Piñeros, expresó su preocupación por el producto que vienen de la zona sur.
“La fruta no está llegando a tiempo. Nos valemos de mantenerla en frío, a la espera de que abran de nuevo las calles”, agregó.
Por ejemplo, dijo, el producto que viene de Pérez Zeledón debe llegar a tiempo al Caribe. Sin embargo, esto se dificulta.
Carlos Céspedes, gerente de comercio de Cadexco, resaltó como agravante las posibles multas contra los exportadores por no cumplir con los tiempos de entrega.
En la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) resaltaron la necesidad de mejorar estas rutas estratégicas para Costa Rica.
“Las rutas alternas que existen no son todas aptas para vehículos articulados”, expresó Céspedes.
Por su parte, Jorge Reina, presidente de la Cámara Nacional de Transportistas de Carga (Canatrac), aseveró que las pocas carreteras opcionales aumentan el costo del transporte de mercaderías.
Según indicó, en algunos casos hasta en un trayecto de 80 kilómetros se encarecen los viajes.
Futuro incierto. En tanto, la expectativa de restablecer el tránsito por la Interamericana Sur es incierta. Sí hay algo seguro: no será pronto, declaró Marco Rojas, quien es gerente de Conservación de Vías y Puentes del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
Especialistas del Conavi estudiaban el deslizamiento; presumen que el mal manejo de aguas provenientes de fincas cercanas causó que el terreno se lavara.
Al menos 50 metros de un carril de la vía se perdió y se debilitó el resto de la capa de asfalto.
Una pareja que viajaba en un automóvil cayó al no percatarse del derrumbe en Casamata. S e recupera de lesiones menores.
Rojas mencionó que hay dos posibles soluciones: construir un muro con anclajes en la parte que se deslizó y posteriormente rellenar y colocar asfalto.
O, bien, modificar el trazado de la carretera “robando” terreno al muro del lado opuesto al carril que se perdió con el deslave.
El funcionario recalcó que cualquiera de las dos obras requiere bastante tiempo para ejecutarla.
Por lo tanto, el Conavi no prevé fecha para la reabrir el tránsito por la Interamericana Sur.
Solo se permite el paso de ambulancias y quedó totalmente restringido el desplazamiento de vehículos pesados y livianos.
Pese a que el fenómeno que ha causado el temporal se aleja del país, siguen cerradas 25 vías y en 85 se mantienen el paso regulado.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) estima que se necesitan más de ¢1.300 millones para reactivar los caminos.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), 995 personas permanecen todavía atendidas en 20 albergues.