Los salarios mínimos del sector privado aumentarán un 2,63% durante el primer semestre del 2011.
El ajuste fue aprobado ayer en el Consejo Nacional de Salarios, con los seis votos de los empresarios y el Gobierno. Sin embargo, la oferta no fue avalada por los tres representantes sindicales.
Eso significa que un peón agrícola, un salonero o un repartidor que hoy perciben ¢7.194 por jornada diaria, a partir de enero podrán cobrar un mínimo de ¢ 7.383. Es decir, ¢189 adicionales.
Mientras, un oficinista, un bodeguero o un cobrador percibirán ¢6.082 adicionales, pues su salario pasa de ¢231.271 a ¢237.353 por mes.
El martes, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (Uccaep) propuso que el incremento salarial fuera de 2,63% para reconocer la inflación prevista para el segundo semestre del 2010.
Entre julio y setiembre, el índice de precios al consumidor (IPC) fue de un 0,44%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Al IPC se adicionó la proyección de inflación para octubre, noviembre y diciembre, que rondará el 2,69%. Este porcentaje se calculó como el promedio simple de los datos registrados durante los últimos diez años para esos meses.
Además, se restó un 0,51% que se aumentó en exceso en la fijación salarial correspondiente al segundo semestre del 2010.
Esta propuesta fue acogida y respaldada ayer por Sandra Piszk, ministra de Trabajo y representante patronal ante el Consejo Nacional de Salarios.
Los sindicatos, por su parte, pidieron el miércoles un ajuste de 12% para los trabajadores no calificados (chequeadores de bus, peones, repartidores) y de 7,09% para otras categorías.
Aunque en el sector privado hay más de 1,7 millones de trabajadores, ese ajuste se aplica solo para quienes perciban el ingreso mínimo de su categoría.
Dos posiciones. Rodrigo Aguilar, miembro del Consejo y representante de la Confederación Rérum Novárum, calificó de “insuficiente” el ajuste salarial aprobado.
“Lamentablemente, el Gobierno solo atendió la posición de los empresarios. No es cierto que la inflación atrasada reconoce el poder adquisitivo del trabajador, pues cada semestre hay una pérdida para el trabajador”, dijo.
Aguilar insiste en que debe modificarse la fórmula de cálculo salarial, a fin de que se tome en cuenta el costo de la vida proyectado para el siguiente semestre.
Por su parte, Manuel H. Rodríguez, de la Uccaep, alega que no pueden ofrecer más dinero en momentos en que la “difícil coyuntura económica” obligó a recortar 5.500 puestos de trabajo en los últimos cuatro meses.