Los 1.600 empleados de Recope recibieron en el 2011, ¢11.000 millones por concepto de tres incentivos salariales.
Esto representó un 27% del presupuesto ejecutado en el rubro de remuneraciones, que ascendió a ¢41.000 millones.
Se trató de pagos establecidos en la convención colectiva de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Uno de los reconocimientos salariales se denomina pasos y le otorga a cada empleado un 1,92% sobre su salario base por cada año de servicio.
Esto representó para la empresa ¢2.958 millones en 2012.
Adicionalmente, los servidores de Refinadora reciben un 5% anual por concepto de anualidades. Ese desembolso ascendió a ¢7.400 millones el mismo año.
A esto se suma un incentivo por desempeño, cuyo pago anual es un monto fijo y está ligado a la evaluación de cada empleado.
Tal incentivo implicó una erogación de ¢455 millones durante el mismo periodo.
Dos de estos beneficios, el del 5% de anualidades y el reconocimiento por desempeño, fueron cuestionados por la Contraloría General de la República ante la Sala Constitucional. Ambos representaron ¢7.800 millones.
“La suma recién indicada fue pagada por Recope con fondos públicos aportados por los contribuyentes al fisco, los cuales se destinaron al mantenimiento de un privilegio odioso, discriminatorio, irrazonable y que desborda cualquier parámetro de lógica, justicia y proporcionalidad en la disposición de recursos públicos cada vez más escasos”, alegó el ente contralor ante la Sala IV.
Sin embargo, Gilbert Brown, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros Químicos y Afines (Sitrapequia), defendió que son beneficios negociados entre trabajadores y patronos y homologados por el Ministerio de Trabajo.