Racsa empezó hace dos meses a construir una red de fibra óptica que se extenderá desde Cartago hasta El Coyol, en Alajuela.
Se trata de una red de transporte de entre 500 y 600 kilómetros, con capacidad para ofrecer conexiones de Internet de alta velocidad al sector comercial.
El sistema cuenta con fibra de 144 hilos y cada par de hilos le permitirá hacer gran cantidad de desarrollos locales para llevar fibra hasta donde están los clientes.
Alberto Bermúdez manifestó que, pese a que el proyecto está enfocado en el sector comercial, la red también “baña” a los clientes residenciales, a quienes se les podrían vender conexiones de fibra.
Este desarrollo implica una inversión de $5 millones. Se estima que cada kilómetro instalado de fibra tiene un costo de $8.200, de los cuales solo el 25% corresponde al costo de la fibra. El resto es costo de instalación y equipamiento.
La empresa Radiográfica Costarricense (Racsa) es una subsidiaria del estatal Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Aunque fue líder en la prestación de servicios de Internet, Racsa atraviesa ahora una grave crisis, pues sus servicios se basaron en las redes de las cableras.
Con la apertura, estas empresas se independizaron para dar Internet por su cuenta, dejando a Racsa sin soporte para prestar los servicios. Esto minó su cartera de clientes, ventas e ingresos.
Esta pequeña red constituye un paso hacia el desarrollo de su propia infraestructura.
Adicionalmente, se aferra a un proyecto más ambicioso, propuesto desde la Administración anterior, para tender fibra óptica hasta las casas (última milla) en los principales poblados, a fin de ofrecer 360.000 conexiones de Internet superveloz a hogares.