¿Quién envasa cilindros de gas? Caos en negocio impide saberlo

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“En río revuelto, ganancia de pescadores”, dice un viejo refrán.

Algo similar ocurre en el mercado del gas en Costa Rica, donde la falta de controles por parte de los entes estatales ha favorecido el llenado de cilindros ajenos, la retención ilegal de tanques y la proliferación de un negocio clandestino.

En medio del caos quedan los usuarios, quienes compran en pulperías y supermercados cilindros cuya procedencia es prácticamente imposible determinar.

Basta con recorrer algunos comercios para comprobar el desorden en la comercialización y la falta de medidas de seguridad en el manejo del gas para cocina.

Recipientes herrumbrados, sin marca, sin ningún dato sobre su fabricación y mucho menos del envasado están a la venta.

En el Súper La Gaviota en Los Colegios de Moravia, Roberto Feng, dijo que le compran a Gas Zeta, pero los cilindros no tienen ninguna marca y el sello de envasado no da pistas sobre quién lo llenó.

Si no se sabe de quién es el cilindro ni quién lo llenó, ¿a quién se le puede reclamar si explota?

“Yo le compro el gas a unos muchachos, no se cuál es la marca ni de dónde viene. Si tengo una emergencia no tengo información ni números, entonces llamaría a los bomberos”, contó Alfonso Rodríguez, vecino de El Carmen de Guadalupe.

El propio Instituto Nacional de Seguros (INS) reconoció que, debido a la manipulación actual de los cilindros, se dificulta el otorgar una póliza porque en caso de un evento se tendría que determinar de quién fue la negligencia o impericia.

Del lado de las envasadoras aseguran que tanto el llenado de cilindros ajenos –lo cual hoy es ilegal– como las ventas clandestinas de gas son una práctica común.

Alejandro Betttoni, presidente de la Cámara Nacional de Distribuidores de Gas, afirmó que en el pasado tanto la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) como el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) hacían inspecciones sorpresa y sancionaban a las empresas que llenaban o retenían cilindros de la competencia.

“En los últimos tres años hemos notado que ha habido menos interés por hacer ese tipo de inspecciones y eso corresponde con el aumento en los accidentes”, agregó.

Por el lado estatal, el ministro de Ambiente, René Castro, reconoce que los controles han fallado y que la normativa está desactualizada.

Al respecto, Juan Manuel Quesada, intendente de Energía de Aresep, comentó que la Autoridad Reguladora ya verificó el cumplimiento de las normas de seguridad, por parte de las empresas de gas, y que ahora iniciará la evaluación del estado de los cilindros.

En el Súper La Alondra, en Moravia, Juan Carrasco, quien distribuye gas de Tomza a domicilio, afirma que luego de los últimos incidentes, bajaron las ventas y subieron las llamadas de clientes que piden revisión del cilindro o válvula.

Según Carrasco, mientras algunas empresas se esfuerzan por mejorar el servicio y renovar cilindros, hay un mercado por la libre.

“Imagínese que el cilindro de 25 libras a mí me lo dejan en ¢6.800, pero aquí han llegado a ofrecérmelo en ¢6.000 y hasta en ¢4.500. Yo no los compro porque tengo un contrato y le debo lealtad a la empresa, pero otros negocios sí lo hacen”, aseguró. Colaboró: Irela Fornaguera.