El puente de la radial Alajuelita se estrenó hace apenas dos años, pero ya presenta problemas en una de sus juntas de expansión y fisuras en el asfaltado. Los vecinos lo llaman “la platina dos”.
La junta de expansión es el espacio que separa dos porciones del puente y permite que la estructura se expanda o se contraiga sin que se fisure. Sin embargo, una de las juntas centrales ya registra una separación superior a la del diseño original.
Según explicó Marco Rojas, director de Conservación Vial del Conavi, en el diseño la junta tenía una separación de 10 centímetros (cms), pero en una inspección reciente ya supera los 20 cms.
“No sabemos si es que quien construyó el puente no cumplió con lo que dicen los planos o si hay un problema mayor”, dijo Rojas.
Según el ingeniero, les preocupa el relleno de aproximación del puente que está en el sentido Alajuelita - La Sabana.
Allí, es evidente que la carpeta asfáltica tiene una reventadura de unos 20 metros de longitud y que hay un fuerte desnivel porque el agua se empoza en el caño.
Rojas teme que el relleno pudiese estar cediendo y afectando al puente.
Tales incógnitas se resolverían la próxima semana, cuando las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) reciban un informe técnico de la empresa fiscalizadora Cacisa -Cano-Jiménez.
Además de los problemas de la junta de expansión, el relleno y la superficie de rodaje, el vandalismo también ataca al puente.
Durante los últimos meses, personas inescrupulosas se robaron “la platina” que recubre la junta de expansión.
Lo anterior provocó una hendidura profunda que obliga a los conductores a disminuir la velocidad. De lo contrario, los carros se golpean y los motociclistas corren el riesgo de volcarse.
El Conavi ha rellenado la junta de expansión con asfalto, pero este fácilmente se desprende.
“Esto es la platina dos. ¿Dónde están los ingenieros del MOPT? ¿Cómo es posible que el puente fallara si está recién estrenado?”, cuestionó Mario Rodríguez, vecino de La Aurora, Alajuelita.
¿Quién es responsable? Este, puente de más de 100 metros de longitud sobre el río Tiribí, fue diseñado por la Dirección de Puentes del MOPT, liderada por la ingeniera María Ramírez, quien fue recientemente suspendida del cargo.
Sin embargo, luego la estructura salió a concurso y se le adjudicó a una firma colombiana, cuyo nombre no recordaron ayer los voceros del MOPT.
En la década de los noventa, en una fecha tampoco precisada, la empresa “dejó botada la obra” y fue hasta el gobierno de Óscar Arias que el proyecto fue asumido por Autopistas del Sol, concesionaria de la carretera a Caldera.
A esta firma le convenía habilitar la radial Alajuelita-Escazú-La Sabana, mientras se realizaban obras de ampliación del puente sobre el río Tiribí en Escazú.
Para cuando Autopistas del Sol asume la construcción de la radial, solo estaban las cimentaciones del puente, los bastiones, las pilas y sus vigas de cabecera o dinteles, y las vigas metálicas.
Claudio Pacheco, subgerente de mantenimiento de Autopistas, dijo que para terminar de construir el puente tuvieron que alinear las vigas metálicas y corregir “deficiencias geométricas” y reparar soldaduras y pintura en general.
Manifestó que las juntas de expansión del puente se construyeron según las indicaciones técnicas del MOPT, al igual que los rellenos de aproximación.
Ante los problemas de la estructura, Pacheco agregó que “las labores de mantenimiento de la vía, en todos sus alcances, no son responsabilidad de Autopistas del Sol”.
Edwin Rodríguez, secretario general del Consejo Nacional de Concesiones, aceptó que la obra fue recibida por el Estado desde agosto del 2009, pero que eso no exime a Autopistas del Sol de responsabilidades “si hay un problema de construcción o un vicio oculto”.
“Si fuera solo la junta de expansión sería más fácil, es más complicado si hay problemas con el relleno”, aseveró.