Puente nuevo estará listo en dos semanas

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El nuevo puente de concreto en la comunidad de Río Jesús, en Santiago de San Ramón, estará abierto al tránsito en 15 días.

La estructura de tres carriles, con 15,6 metros de ancho y 24 metros de longitud, vendrá a sustituir dos puentes metálicos (tipo bailey ), que permitieron el paso por la Interamericana Norte desde que colapsó la carretera, en octubre del 2010.

La semana pasada, los operarios de la empresa Hernán Solís trabajaban en la estabilización de los enormes taludes que colindan con el puente, en lo alto del cerro Cambronero.

Sin embargo, el puente sobre la quebrada Conejo, las aceras de 1,2 metros a ambos lados, y las barreras de protección tipo New Jersey ya están listos.

Así lo confirmó Carlos Acosta, director del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), y responsable de las obras.

El jerarca aseguró que el paso quedará habilitado para todo tipo de vehículos, aunque la maquinaria seguirá trabajando en la zona en la estabilización de los taludes.

Antecedente. Hasta setiembre del año pasado, las aguas de la quebrada Conejo cruzaban por una simple alcantarilla, pero las fuertes lluvias registradas en esa época aumentaron el caudal y socavaron el relleno de la alcantarilla.

El terreno colapsó y una avalancha arrasó un tramo de la carretera Interamericana Norte e interrumpió el paso.

El Conavi tardó seis días en instalar el primer puente bailey en el sitio y prohibió la circulación de vehículos pesados por la zona.

Durante los meses de octubre y noviembre el paso siguió intermitente, por la constante caída de materiales, y el segundo puente metálico empezó a funcionar hasta marzo de este año.

La nueva estructura de concreto está más cerca de las laderas, lo cual obligará al Conavi a diseñar medidas para mitigar la caída de materiales.

Por ahora, la maquinaria está terminando con la movilización de 60.000 metros cúbicos de tierra y trabaja en la conformación de terrazas, para evitar una ladera de un solo bloque empinado.

Luego, una posible salida es la siembra de zacate vetiver, cuyas raíces profundas disminuyen la erosión. Acosta advirtió que la decisión aún no es definitiva.