Puente ‘bailey’ cumplirá sueño de 40 años a vecinos de Turrubares

Paso es crucial para sacar productos, ir al banco, a la clínica y centros de trabajo

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Un puente bailey de 186 metros de largo y cuyo esqueleto ya se posiciona sobre las aguas del río Turrubares terminará con una espera de 40 años para los vecinos de varios pueblos de este cantón josefino.

Por años, los pobladores han tenido que sortear a pie, a caballo, en moto, bicicleta y en carro las crecidas del río. Desde hace cuatro décadas comenzaron a gestionar la construcción de un puente.

Mujeres embarazadas, mordidos de serpiente y hasta personas con quebraduras han cruzado el Turrubares con el agua al cuello con tal de salvar sus vidas.

Algunos de quienes lo desafiaron no vivieron para contarlo. Este es el caso de Pedro Inequen, ahogado hace poco más de tres años. Inequen es la víctima de que se tiene memoria más reciente.

“Don Pedro agarró río arriba con su hijo y el agua los arrastró. El señor intentó aferrarse a un tronco. El muchacho le gritaba: ‘Papá, papá, sosténgase’. ¡Qué va! De pronto se perdió de vista. Cuando el río bajó un poquito, nos fuimos a buscarlo. Como dos kilómetros aguas abajo estaba don Pedro, pero ya era tarde”, recuerda Juan José Pérez.

Este paso es crucial para que los vecinos de Lagunas, Marco Pérez, Surtubal y San Francisco puedan sacar las cosecha de sus fincas, vender cerdos, gallinas y tilapia.

Asimismo, les facilitará el acceso a los bancos, los colegios, la clínica y el comercio de Orotina.

En época de lluvia, y ante la falta de un puente, deben viajar más de una hora y atravesar varias quebradas hasta Puriscal para hacer todo tipo de trámites.

Por el contrario, cruzar hacia el vecino cantón orotinense les tomará solo unos 15 minutos.

También será un gran alivio para quienes ahora trabajan en Orotina o Jacó y que en la temporada lluviosa deben atravesar el río a pie.

“A veces veo el puente y me parece que es mentira. Esto es un gran logro porque son muchos años de sufrir. Este puente no solo es una bendición: va a traer desarrollo a estas comunidades. Creemos que empujará el turismo hacia la zona”, dice esperanzado Didier Valverde, presidente de la Asociación de Desarrollo de Lagunas.

La nueva obra se levanta mediante un esfuerzo conjunto entre el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), que donó la estructura, la Municipalidad, que la financió, y los vecinos, quienes están aportando mano de obra.

El monto de la inversión supera hoy los ¢800 millones.

La construcción empezó en enero y deberá estar lista en abril.

Hace 20 años, los vecinos intentaron por su cuenta levantar un puente. Para ello donaron cabezas de ganado, cerdos y dinero en efectivo.

“Yo doné cinco vacas para el puente. El trabajo comenzó pero, ante la falta de apoyo municipal, quedó a medio terminar”, recordó Porfirio González, vecino de San Francisco de Turrubares. Pedazos de los pilotes de aquel frustrado esfuerzo aún están en el río.

“Los vecinos queremos protegerlo y cuidarlo para que nadie abuse con el paso de camiones cargados. Nos ha costado mucho como para no cuidarlo”, dijo Valverde.