La Policía de Tránsito detecta un promedio de 180 conductores borrachos por mes. El dato se desprende al analizar las estadísticas de alcoholemias realizadas por las autoridades de carreteras entre enero y mayo de este año.
Estos conductores fueron trasladados a instancias judiciales donde se enfrentan a una sentencia de cárcel de uno a tres años, o la ejecución condicional de la pena si no arrastran condenas por otros delitos.
Según las cifras globales del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, en los primeros cinco meses del 2016 se realizaron 9.401 análisis, de los cuales, 8.153 (87%) demostraron que el chofer no había ingerido licor horas o minutos antes de la conducción. Sin embargo, otros 1.248 choferes arrojaron un resultado positivo (23%).
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Esto significa que del total de resultados positivos, hubo 243 conductores que tenían un registro muy bajo de alcohol en el organismo, que no implicó ni multa económica, ni arresto. Otros 119 registraron valores que ameritaron una sanción de ¢309.574 y además acumularon seis puntos en la licencia.
Si un conductor suma hasta 12 puntos en su permiso de conducir, se le suspende el derecho a manejar durante un año.
Los 886 choferes restantes registraron niveles de alcohol tan elevados que ameritó procesarlos por conducta temeraria penal, donde se imponen penas de cárcel o trabajo comunitario. Esta cifra equivale, en promedio, a 180 conductores borrachos por mes.
"Consideramos que es una cifra alta, con más razón si vemos que de las pruebas positivas, en el 71% de los casos el nivel de alcohol era de ebriedad total. Esto es lo más preocupante", afirmó Calderón.
El jerarca del tránsito reiteró el llamado a la prevención, tomando en cuenta que durante 2016 11 personas fallecieron en accidentes de tránsito donde estuvo involucrado el alcohol.
"Como lo hemos dicho antes, no importa que estos conductores se enojen, nos digan groserías, incluso hemos sido víctimas de agresiones, pero
pese a todo ello, queda la enorme satisfacción que, aunque en una celda judicial, esa persona va a despertar mañana con vida y su familia se va a sentir mal por recibir una llamada desde prisión, pero por lo menos la llamada no será de la morgue", agregó el director de Tránsito.