Pocosol sufre por agua contaminada

Salud da 40 días de plazo para corregir situación o clausura el acueducto

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Concho de Pocosol, San Carlos.- La poca cantidad de agua que baja por la tubería del acueducto del Concho de Pocosol, en el cantón de San Carlos, tiene un color rojizo. Además, sabe y huele mal.

Las 90 familias del pueblo no pueden bañarse con ese líquido pues su cuerpo queda impregnado de un polvo del mismo color y no les queda más alternativa que hacerlo en ríos y quebradas.

También recurren a los ríos para el lavado de la ropa y de los utensilios de cocina y la preparación de los alimentos. Para tomar agua, deben comprarla embotellada.

La situación se volvió delicada luego de una inspección al pozo perforado en la comunidad, el cual no siempre funciona.

El Ministerio de Salud notificó el 3 de abril a la Asociación de Desarrollo local que si en plazo de 40 días no presenta un plan de medidas correctivas, clausurará el acueducto ya que está poniendo en riesgo la salud de los vecinos.

Wílliam Esquivel, presidente de la Asociación, dijo que el problema no es nuevo, pero que se agravó en los últimos meses.

Explicó que el pozo tiene muchos sedimentos que tapan los filtros de la bomba de agua y por eso el equipo se descompone. Una bomba nueva tiene un costo de ¢1 millón.

“Esta comunidad, que es muy pobre, ha tenido que comprar varias bombas y actualmente no tenemos dinero para comprar una nueva”, agregó Esquivel.

Agua teñida. Esquivel y su compañero de Directiva, Marcos Aguero, mostraron el miércoles a este medio cómo el líquido del pozo tiñe de rojo los filtros e inclusive la tubería con las respectivas llaves, que conectan con un tanque con capacidad para almacenar 2.500 litros.

“Es como si la tubería y las llaves las pintáramos de rojo, aunque otras veces adquiere un color anaranjado”, comentó Aguero.

El dirigente dijo que han solicitado al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), ayuda urgente para resolver el que considera un problema angustiante.

La escasez de agua en el distrito sancarleño de Pocosol también está presente en la comunidad de Rancho Quemado, distante 20 km al suroeste del Concho.

La pequeña escuelita unidocente de Rancho Quemado no tiene una gota del líquido ya que el pozo está totalmente seco.

Eso obliga a los 12 alumnos a extraer agua de los pozos de sus casas, para llenar pichingas y trasladarlas en carretillos hasta la escuela y así poder satisfacer sus necesidades más básicas.

“No tenemos agua para nada. Es una situación calamitosa”, lamentó la maestra local María Angélica Vargas.

Un reporte de la situación ya fue enviado al Ministerio de Educación Pública para tratar de encontrar soluciones. Según alegan, la matrícula en la escuela disminuyó por los problemas con el agua y la deficiente infraestructura.