Piedras y pilotes sacarán a Moín y Caldera del atraso

En Limón se anuncia inversión de $94 millones para muelle petrolero

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Hay piedras que no estorban y que sirven para construir.

Con esa premisa, ayer el Gobierno colocó la primera piedra para el nuevo muelle petrolero de Moín, como compromiso de que se acabaron los años de espera.

Igual pasa con los 317 pilotes que se hincarán en puerto Caldera y que servirán para levantar un nuevo puesto de atraque de 180 metros, que debió empezar a construirse en febrero del 2007.

Los anuncios los hizo ayer la mandataria Laura Chinchilla, quien voló de costa a costa, con tal de saldar deudas portuarias.

A las 9:15 a. m., en puerto Caldera, Puntarenas, dio orden de inicio para la construcción del nuevo muelle granelero de 180 metros de largo, que servirá para descargar granos, abono e insumos industriales.

Tendrá una losa de concreto con una capacidad de soporte de seis toneladas por metro cuadrado (cuatro más de las requeridas), que resistirá los movimientos de una grúa pórtica y la carga y descarga de contenedores.

Al final de cuentas, el proyecto dejará de llamarse “muelle granelero” para convertirse en una terminal multipropósito, explicó Ricardo Ospina, gerente de la Sociedad Portuaria y Granelera de Caldera.

La construcción de la estructura se atrasó seis años por recursos de amparo y una acción de inconstitucionalidad interpuestos por un sindicato que se oponía al proyecto.

Según Urías Ugalde, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), esos años de letargo significaron una pérdida de $125 millones para el país.

La promesa es que el proyecto cueste $34 millones y esté listo en 18 meses.

Vuelo a Limón. A las 11 a. m., y luego de tomarse fotos con el primer pilote de prueba, Chinchilla se movilizó a la playa para abordar el helicóptero que la llevó a Limón.

En Moín, con ayuda del presidente de Recope, Jorge Villalobos, enterró una piedra grande y negra.

Esta es la primera de muchas que se necesitarán para levantar un rompeolas de 220 metros de longitud y una nueva estructura para atender barcos tanqueros.

El muelle tendrá una profundidad de 16 metros para recibir barcos de mayor calado que los actuales y reducir los costos de importación. Según Villalobos, esos rebajos “son significativos”.

“Hoy estamos haciendo 150 embarques por año, y la idea es reducirlos a 50 embarques, reducir el costo de transporte en $1 por barril y rebajar las demoras en unos $3 millones al año”, declaró.

El actual puesto petrolero se construyó en la década de los 80. En esa época los costarricenses consumían 15.000 barriles de petróleo al día, cifra que aumento a 51.000 en la actualidad.

Una vez que entre en operación la nueva terminal, las actuales instalaciones serían utilizadas para atender buques pequeños con gas licuado de petróleo (LPG).

La mandataria se quejó en Puntarenas del exceso de trámites y bloqueos que se interponen en el país para poder avanzar en la realización de obra pública.

Como ejemplo, citó a Panamá, donde el gobierno de Ricardo Martinelli hizo anuncios sobre infraestructura casi al mismo tiempo que el de ella.

La diferencia es que “Panamá pudo empezar a concretar el inicio de las obras un año después de la llegada de ese gobierno. En nuestro caso, hemos hecho esto dos años después, diez años después, veinte años después. Es un poco lo que queremos combatir”, recalcó Chinchilla. Colaboró Mercedes Aguero.