El 26 de octubre del 2009, 15 minutos después de la renuncia de la jerarca del MOPT, el entonces viceministro, Pedro Castro, dijo que le “gustaría mucho” ser ministro. El sueño se le cumplió tres años después, con un ministerio en crisis y la orden presidencial de reestructurarlo y completar obras atrasadísimas, como la vía a San Ramón o la nueva ruta a San Carlos. Este miércoles habló a este diario sobre sus prioridades.
Un repitiente vuelve al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). Pedro Castro Fernández regresa como ministro a tratar de reencauzar un ministerio donde “hay más abogados que ingenieros”. Este es un extracto de su entrevista con La Nación.
¿Cómo se acerca la Presidencia a proponerle a usted que sea ministro?
Ellos buscaban a alguien con experiencia en infraestructura vial, que conociera el Ministerio y el sector, y, sobre todo, con experiencia en la función pública.
Y ¿qué le pidió la presidenta?
Me dijo cuáles eran las prioridades básicas, el interés de que ejecutáramos la mayor parte de los $2.000 millones (créditos internacionales), que encamináramos algunos proyectos, la reestructuración del Ministerio, que es esencial. Fueron los dos fuertes, con un énfasis en la ruta 1856, que no puede perderse lo que ya se ha hecho y que tenemos que rescatar.
Usted habla de que, en segunda instancia, lo que le pidió fue la reestructuración del MOPT. ¿Qué significa hacer una reforma?
En primera instancia hay que revisar los recursos que hay. Hay unidades débiles que fortalecer: por ejemplo, muchos proyectos están atrasados porque no se tienen las expropiaciones. Vamos a fortalecer muchísimo la Dirección de Adquisición de Bienes Inmuebles, unidades ambientales para los trámites de los permisos y proveedurías institucionales.
Usted llega con un ministerio armado. ¿Considera que sus viceministros son gente adecuada para esta carrera de un año?
Se ha definido que ellos continúen; sobre todo en el área de Transportes, yo no me voy a integrar tan de lleno.
¿Cuáles son los vicios en el MOPT que lo entraban?
Muchas cosas: exceso de tramitología, exceso de burocracia; en general, muchas veces no se asumen las responsabilidades; falta de rectoría, puedo decirlo, pues los Consejos operan muy independientes del Ministerio.
¿Cuántos proyectos cree que pueda entregar al final?
No pretendemos dejar todo construido.
¿Qué podría esperar la ciudadanía al final del Gobierno?
Es una pregunta para dentro de un par de semanas que terminaremos de montar el panorama.
Usted dijo el martes en la Presidencia que iba a pedir los puestos en Conavi, pero no asumió hasta el miércoles. ¿Bajo qué premisa hace esta petición si no había entrado al MOPT?
No vamos a destituir a nadie, incluyendo la Junta Directiva, pero nosotros, y, cuando digo “nosotros”, viene la señora presidenta, es bajo mandato de ella.
¿Ella se lo pidió?
Ella me lo pidió. De hecho, la nota donde vamos a pedirle a la Unión de Cámaras, Asociación de Carreteras y Caminos y Unión de Gobiernos Locales que pongan a disposición del ministro los puestos viene de ella. Vamos a firmarlas juntos, es una nota de la Presidencia, que yo suscribo con ella, para tener la posibilidad de hacer una revisión integral desde la Junta Directiva.
¿Qué significa que el Conavi es la patita del MOPT que desde la Administración superior creen que está renqueando?
Considero que Conavi es el Consejo que más problemas tiene, ha perdido más la credibilidad y requiere atención prioritaria.
Cuando hablamos de problemas, ¿de qué hablamos?
Todo viene por la falta de transparencia. El manejo de la ruta 1856 denota que, por un lado, existe un manejo inadecuado, hay interpretaciones erróneas y un manejo irregular de muchos recursos, y, por el otro lado, que eso haya podido pasar y que Conavi no tuviera mecanismos de percatarse.
¿Eso significa que, en el caso de la trocha, el Conavi pecó de omisión en cuanto a fiscalización?
Vamos a estudiarlo detalladamente. Pienso que debió haber habido reacción interna para evitar que eso ocurriera, seguro hay justificaciones y vamos a investigarlas. Es el hito de Conavi, yo creo que hay un antes y un después de la ruta 1856 que permea en el futuro.
La presidenta le pidió la ruta 1856. ¿Qué le pidió?
La tercera prioridad es rescatar la ruta 1856 y convertirla en un proyecto concreto que se ejecute por etapas. En primera instancia, vamos a formular una estrategia para conservar lo que hay, corregir defectos principales como son drenajes y puentes, y generar un diseño. Es difícil hacer una obra sin diseño, es una barbaridad técnica.
Entiendo que no quiere citar proyectos, pero hay obras muy criticadas por atraso como San José-San Ramón, el tramo central a San Carlos y el banderazo de salida a Circunvalación Norte. ¿Están entre las prioridades?
Así es. Las prioridades son Interamericana Norte, Bajos de Chilamate-Vuelta de Kooper, ruta a San Carlos y Circunvalación Norte. Obviamente, es donde vamos a priorizar y dirigir esfuerzos.
¿En qué estado se encuentra el caso San José-San Ramón que se ha venido heredando?
Está en la negociación del addendum, que está bastante avanzado (para que Autopistas del Valle le ceda el contrato a la brasileña OAS). Una vez que, Dios primero, se refrende, por el bien del país, viene un periodo de análisis financiero, un cierre con el actual concesionario para iniciar con el nuevo.
¿Hay algo que pagarle a Autopistas del Valle?
Es un asunto interno entre ellos. El concesionario actual tendrá que pagarle al otro por haberle cedido (el contrato). Existe la posibilidad legal de una demanda.
¿De parte de quién?
Del concesionario anterior, si el proyecto finalmente no se pueda ejecutar, pero, de momento, no hay nada que pagar.
En la Asamblea Legislativa le cuestionan que usted asuma cuando tuvo vinculación con OAS. ¿Lo habló con la presidenta?
Fue un servicio muy puntual: era colaborar con la actualización del diseño estructural, los espesores, capas de pavimento que se necesitaban para el tránsito que va a pasar y la proyección de en qué momento había que poner los refuerzos como sobrecapas. Un asunto muy técnico (...). Fue muy puntual y terminé en agosto. En aras de la transparencia, le ofrecí a la señora presidenta que me abstendré de ver algún tema que le represente dinero a OAS.
¿Es una casualidad que la mayoría de daños tenga que ver con puentes y alcantarillas?
Es una prioridad que tenemos que atender. En el caso de los puentes, hay esfuerzos en nuevos y ampliaciones, pero se necesita mayor esfuerzo (...). Por ejemplo, San José -San Ramón es vulnerable, pero eventualmente será cubierto por el concesionario.
Hace unas semanas hicieron una inspección en el puente de la Hispanidad y no vieron nada, y ahora aparece un hueco. ¿Qué clase de inspección es esa?
Es preocupante, denota que hay carencias institucionales y debilidad. Respecto a puentes, este es un asunto que es epidemia a nivel nacional. Las universidades no tienen materia específica de puentes, no hay gente que sepa.
Cuando dice que es epidemia, ¿que es lo que ocurre?
Ocurre que la mayor parte de las áreas tienen más problemas que especialistas. Yo pienso pedir apoyo a la Universidad de Costa Rica, Lanamme, TEC, pues pienso que tienen mucho que aportar. Colaboraron Irene Vizcaíno y Andrés Formoso.