País se convierte en oasis para jugadores de póquer por Internet

Decenas de estadounidenses viven de apuestas, dispersos por el país

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Chris Aveno, de 29 años, vino a Costa Rica hace tres meses a jugar póquer. Sin embargo, solo ha entrado a un casino una vez desde que llegó y fue por accidente.

No es en los casinos, sino en las mesas de juego virtuales en donde este jugador profesional de póquer estadounidense se gana la vida desde hace tres años.

Aunque quisiera trabajar desde su hogar en el estado sureño de Georgia, la clausura de los tres principales sitios web de póquer por parte del Gobierno de Estados Unidos, en abril del 2011, le impide a él y a miles de aficionados apostar desde su país.

Es por ello que miles de ellos, en su mayoría hombres de 20 a 30 años y con una gran habilidad para la matemática, se autoexiliaron en alguna nación en la cual pudieran acceder legalmente a las páginas de juego.

Tras una estancia de ocho meses en Canadá, Aveno, contador de formación, vino a dar a Costa Rica, que en el transcurso de l último año se consolidó como uno de los oasis predilectos para jugadores profesionales de póquer.

“Vine con un amigo que tenía muchos conocidos en el país. Es bonito estar cerca de otros jugadores para discutir la estrategia”, aseguró Aveno, quien vive en una casa alquilada en Escazú.

Esta semana arribarán a compartir el alquiler otros dos jugadores profesionales que conoció por medio de amigos.

Algunos han llegado al país por medio de la empresa con base en Delaware, Orbis Relocation LLC, conocida como Poker Refugees, que ofrece apoyo logístico a quienes quieran cambiar de domicilio por esta situación.

Kristen Wilson, fundadora de la empresa, aseguró que Costa Rica ha atraído a cientos de jugadores con su buena reputación por el clima, la gente y la poca violencia.

“Lo principal que buscan es infraestructura confiable y seguridad, y Costa Rica ofrece ambas cosas”, manifestó Wilson.

Según la empresaria, de 30 años, muchos viven en lugares como Jacó y playas del Coco porque es más fácil encontrar contratos de alquiler a corto plazo en zonas costeras.

“Lo interesante es que se quejan de la vida nocturna en estas playas”, sostuvo Wilson, quien dice que existe una percepción errónea sobre sus clientes.

“La gente los confunde con los empleados de las empresas de póquer y los sportsbooks , acusados de malversar fondos. Estos chicos más bien son nerds de bajo perfil que preferirían vivir en los suburbios”, agregó.

Aveno, quien juega unas 60 horas semanales, dice salir poco de casa, con excepción del gimnasio.

Sin regulación. El director general de Tributación, Carlos Vargas, explicó que los jugadores de póquer en línea no están obligados a pagar impuestos porque los ingresos por ganancias en el juego no se consideran como renta producto.

“Con la recién aprobada Ley de Impuesto a Casinos y Empresas de Enlace de Llamadas de Apuestas Electrónicas, se establecen nuevos gravámenes, pero para las empresas que desarrollan la actividad y no los jugadores”, aseguró Vargas.

El diputado Luis Fishman, quien forma parte de la Comisión de Hacendarios del Congreso, confirmó que la regulación de los jugadores se excluyó de la ley, publicada en La Gaceta en agosto pasado.

“Ese aspecto quedó por fuera; las regulaciones se refieren al tema de las casas de apuestas y los casinos, virtuales inclusive, pero lo del póquer en línea, en este momento no lo cobija ninguna restricción”, opinó Fishman.

En EE. UU., el Gobierno recibe presión de la industria para que regule el juego, no obstante, aún no se vislumbra una solución definitiva.

Mientras tanto, jugadores como Aveno se resignan a quedarse en el extranjero, mientras esperan una solución. “Extraño a mis amigos y familia y, además, es difícil mantener una relación cuando se está mudando constantemente. Cambiar tanto de país es incómodo”.