No se atan los cordones, pero saben usar celular

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No saben cómo agarrar la cuchara, atarse el cordón del zapato o abotonar su gabacha. Muchos niños de maternal, sin embargo, cargan con celular y lo usan bien.

Pero ese nuevo ‘juguete’ (que unos apretujan desde que tienen cinco años) los distrae tanto que no aprenden funciones básicas.

“Cada vez más, los niños pierden las habilidades adaptativas y de socialización; todo lo relativo a relaciones interpersonales”, aseguró Marcela Isolina Rodríguez, especialista en problemas emocionales y de conducta.

Según explicó, el que ellos “no suelten” el aparato los hace comportarse irritables y agresivos.

Como a los nueve años ya la mayoría de niños posee uno, el principal ‘antídoto’, opinó la experta, es recordarles que es más divertido jugar, salir al aire libre.

Rodrigo Romo, psicólogo clínico, resaltó que es útil que los pequeños aprendan, manejen e integren la tecnología a sus vidas.

No obstante, son sus padres y docentes quienes deben trazar límites y procurar conectarlos con actividades físicas y motoras.

“Lejos de ser vital, el teléfono en el aula es aislante, impide que fortalezcan la memoria auditiva y, a la larga, puede traerles fallas en su capacidad para prestar atención”, explicó el experto.

Romo recomendó evitar su uso durante el recreo, momento clave para actividades sociales.

Con el fin de que los escolares atrasen la necesidad de adquirirlos, en la primaria Alice Moya Rodríguez, de Grecia, adaptaron un teléfono para que solo salgan llamadas por cobrar, al 1110.

Ese aparato está ahí, en medio de los pasillos, para que cualquiera de los 600 alumnos lo utilice.

Según Rocío Solís, del MEP, el celular en manos de escolares es fácil de controlar porque a esas edades “todavía hacen caso”.