Nicaraguenses sufren calvario para tramitar permisos de trabajo

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Largas horas en filas, decenas de papeles que presentar, certificaciones, cartas autenticadas y un centro de llamadas para pedir cita que siempre está ocupado.

Miles de nicaraguenses que intentan obtener un permiso de trabajo, o una cédula de residencia en nuestro país, viven un verdadero calvario para cumplir con esos trámites en la Dirección General de Migración y Extranjería.

Apostarse un par de horas en los pasillos de Migración es suficiente para escuchar cómo se repiten una a una las historias...

“Si hay mucha gente uno dura todo el día aquí”, relata Pedro José Reyes Dávila, quien desde el 2005 no ha podido renovar residencia.

Según cuenta, tuvo que pagar $125 (¢63.000) para que un tercero viajara a Nicaragua a traerle un certificado de nacimiento y otro de antecedentes penales.

A mediados de enero, este oriundo de Sébaco, Matagalpa, pudo completar los papeles y ahora esperará tres meses a que Migración resuelva. Mientras, se gana la vida vendiendo plátanos en los semáforos de Hatillo 8.

Lo mismo ocurre con las empleadas domésticas, quienes se quejan porque cada vez que presentan un documento les piden otro...

Si se revisa la hoja de requisitos para trabajadores agrícolas, construcción y servicio doméstico, cada inmigrante debe aportar 13 documentos diferentes.

Entre ellos, un registro de huellas dactilares, una carta del patrón garantizando el trabajo, cédula de quien ofrece empleo y constancia de ingresos del patrón, que no siempre está dispuesto a aportar.

A María Magdalena Vargas la devolvieron el viernes de la ventanilla. Al parecer tenía todos los papeles, pero su visa de turista se venció en enero. Ahora deberá salir de Costa Rica y pagar $32 para ingresar, estar legal y volver a empezar.

A esto se suman las quejas por llamadas al call center 900-1234567, donde cada minuto cuesta ¢150.

“He gastado mucha plata en llamadas, entre ¢10.000 y ¢15.000 y siempre está ocupado o nadie contesta”, dijo Rufina Ríos, oriunda de El Castillo, departamento de Río San Juan, y que vive en Alajuela.

Freddy Montero, director de Migración, sostuvo que no se trata de un problema generalizado, sino casos aislados y lo atribuyó especialmente a desinformación de los migrantes. Confirmó que esta semana habrá edecanes en los pasillos para orientar a los usuarios.

Aquí viven 300.000 nicaraguenses; la mayoría se dedican a limpieza, agricultura y construcción.