Aunque se esforzaron varios años y hasta trasnocharon para ganar un título universitario, las labores del hogar evitan que algunas mujeres ejerzan su profesión.
Casi la mitad del 5% de las profesionales graduadas entre el 2000 y el 2007 ni siquiera salen a buscar trabajo porque se dedican a cuidar a su familia.
Pero esta no es la única desigualdad que tienen las mujeres.
El desempleo entre las graduadas femeninas alcanza el 2,43%, pero en hombres es del 1,3%, según un estudio del Observatorio Laboral de Profesiones, del Consejo Nacional de Rectores (Conare).
Entre tanto, el subempleo también es mayor entre las mujeres.
El 1,71% de ellas tiene un trabajo, pero no de tiempo completo (subempleo). Esto mismo le ocurre al 0,73% de los hombres.
Otro dato relevante es que solo el 7% de los profesionales masculinos gana menos del salario que debería percibir por su profesión.
En cambio, el 15% de las graduadas universitarias recibe cada quincena menos dinero del que le corresponde.
La desigualdad también queda en evidencia en los puestos laborales: ellas superan a los hombres en los puestos subordinados, pero son minoría en los de jefatura.