Los puentes metálicos bailey se diseñaron en 1941, en tiempos de guerra, pero también sirven en la actualidad en tiempos de conflicto fronterizo.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) recurrirá a este tipo de estructuras modulares para resolver los colapsos que interrumpen el paso en la llamada trocha 1856, en la frontera con Nicaragua.
Según un comunicado de prensa enviado ayer, cuatro estructuras modulares van camino a la zona norte del país y se instalarán en los cantones de La Cruz, Los Chiles y San Carlos.
En las últimas semanas, los vecinos de la trocha fronteriza reportaron la caída de cinco pasos temporales, construidos con troncos o con contenedores viejos.
El primero de los bailey se colocará en el camino entre Pital y Boca Tapada de San Carlos, que constituye el principal acceso a la trocha que bordea el río San Juan.
Habilitado ese punto, los operarios del MOPT podrán continuar hasta la trocha, para hacer otra instalación metálica de 30 metros de longitud sobre la quebrada Cureña, “donde colapsó el puente de tucas colocado a manera de paso provisional”.
Voceros del MOPT explicaron que en quebrada La Cureña los trabajos se demorarán al menos tres semanas, porque esta debe volver a su cauce original.
La tercera estructura estará instalada en el cantón de La Cruz, sobre el río Cuajiniquil, para darle acceso la Escuela de Policía ubicada en Murciélago.
Se tratará de un puente de 60 metros de longitud posado sobre pilotes.
El cuarto paso elevado estará en Los Chiles, sobre el río Isla Chica, sin que el MOPT aporte más detalles de esta última obra.
Los responsables de las obras estiman que en otros pasos menores, de entre 12 y 15 metros, también se colocarán puentes con vigas metálicas y losetas de concreto. Empero, no precisaron dónde se harán los trabajos.
En el MOPT aseguraron ayer que ya completaron el lastrado de 16 kilómetros de la trocha, entre Boca San Carlos y Alto La Paz. También pidieron apoyo a la Fuerza Pública para evitar el robo de lastre en la zona.