Masificación de vacuna se hizo sin estudios, pese a alto costo

Acción elevó gasto para vacunación en CCSS de $112.000 a $8,6 millones

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Follow @luisdiazcr

La universalización forzada de la vacuna contra la bacteria neumococo careció de estudios previos que justificaran la conveniencia de tomar esa decisión, lo cual disparó los gastos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en los últimos tres años.

Entre el 2007 y 2008, antes de tener que masificar la vacuna, la Caja gastó $112.100 en la cobertura contra el neumococo para grupos de riesgo, especialmente en niños menores de 2 años.

No obstante, en 2009, cuando la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) ya había universalizado la dosis, los costos se dispararon a $8,6 millones solo para ese año, lo que equivale a un incremento en el gasto para esas dosis del 7.700%.

Esa variación hizo que la vacuna pasara de significar el 0,018% de presupuesto de medicamentos a casi el 10%.

Esos incrementos provocaron que la comisión de expertos que analizó la crisis de la Caja recomendara la revisión de la sostenibilidad de universalizar las dosis.

El análisis de costo-efectividad determina la conveniencia económica y epidemiológica de aplicar una dosis a toda una población o solo tenerla disponible para grupos de riesgo. Por eso, es un requisito para masificar una vacuna e incluirla en la Lista Oficial de Medicamentos (LOM) .

La universalización la acordó en febrero del 2007 la CNVE, presidida en ese entonces por la ministra de Salud, María Luisa Ávila.

Tesis de maestría. No obstante, fue hasta 10 meses después que se tuvo el primer estudio de costo-efectividad de universalizar la vacuna contra el neumococo, bacteria que puede causar males como neumonía y meningitis.

Además de tardío, ese análisis se realizó más bien para la tesis de una maestría en Economía de la Salud de la Universidad de Costa Rica (UCR). El documento no está firmado ni aparecen autores y fue financiado por la farmacéutica Merck.

Esa compañía ahora es uno de los proveedores de la vacuna para la Caja, aunque no la única.

Sobre ese estudio, Juan Rafael Vargas, entonces director del posgrado de Economía, explicó que el documento no está firmado para evitar controversias, pero se hizo para “apoyar” la causa de Ávila.

Luego de ese primer estudio, otros dos hechos por la Caja en el 2008 se contradicen sobre si la vacuna era costo-efectiva.

Financiamientos. En el 2006, antes de la universalización de la vacuna, la Caja firmó un contrato de investigación con el Instituto Atención Pediátrica Avanzada para estudiar las cepas de la bacteria.

El financiamiento de $4 millones lo aportó la firma Wyeth, única compañía que producía la vacuna y a la que, con la universalización, hubo que comprarle las dosis.

Precisamente, entre el acuerdo de la universalización y su puesta en marcha, el médico Rolando Ulloa, uno de los miembros de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología, concurrió a un simposio en Islandia en representación de Wyeth Costa Rica, con los gastos pagos.

A esa actividad también asistió la entonces ministra Ávila, quien reconoció que los organizadores del evento financiaron parte del viaje. La exministra dice que no ve la existencia de un conflicto de intereses.

La exjerarca salió del actual Gobierno el pasado agosto por divergencias con la presidenta Laura Chinchilla por lo que debía ser el manejo de la crisis de la Caja

En octubre Chinchilla pidió a la nueva ministra, Daisy Corrales, un informe para diciembre del costo-efectividad de la vacuna.

En ese entonces, la exfuncionaria Ávila calificó las revisiones como una “absoluta torpeza” y una “barrabasada”.