Maestros dan clases entre balaceras y amenazas

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La pizarra de la delegación policial en La Carpio indica: “dos efectivos acompañarán a los maestros a la entrada y salida de clases”. No obstante, la medida de seguridad se desvanece, poco a poco, por la falta de policías.

La zona que rodea la Escuela Finca La Caja destaca por la inseguridad. Dinack Chacón, maestra de ese centro, recuerda el día en el caminaba junto a sus estudiantes y quedaron en medio de una disputa de pandillas.

“Cuando nos dimos cuenta ya estaban disparando; yo, nada más, pude agarrar a dos alumnos y les grité a los demás que corrieran”, rememoró la docente.

Las señas de bala en el edificio son evidencia de los riesgos que corren tanto funcionarios como estudiantes de la escuela.

Y eso no es todo. “A una compañera le pusieron un revólver en la cabeza mientras esperaba el bus”, comentó Chacón.

El centro educativo cuenta con casi 100 docentes de zonas como Cartago, Escazú y Atenas. A menos de un mes de haber iniciado el ciclo lectivo 2013, dos de ellos renunciaron a su cargo por temor a ser víctimas de la delincuencia.