‘Llamar por celular sale caro, más si es a Nicaragua’

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

“El teléfono fijo es una comunicación que le ahorra al bolsillo. Llamar por celular sale caro, más si es a Nicaragua”, reflexiona Marcelino Palacios, un nicaraguense con más de 20 años de vivir en Costa Rica.

Palacios habita en Los Lirios de Puerto Viejo, Sarapiquí, un pequeño poblado en medio de fincas bananeras, donde la telefonía fija es una promesa bastante añeja.

Sin línea fija, las llamadas salen del celular y eso eleva el monto del recibo, sobre todo cuando se trata de saludar a los familiares en la nación vecina.

Al frente de su abastecedor se ubica un teléfono público, el único en varios kilómetros entre las fincas, pero la mayor parte del tiempo pasa descompuesto.

Reina Obregón, su esposa, dijo que el aparato a veces falla varios meses. Lo reportan, pero tardan mucho en arreglarlo.

A unos dos kilómetros de este caserío se ubica Malinche, otro poblado donde las solicitudes de teléfono se añejaron hace años.

Las cartas al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) clamando por el servicio tuvieron como respuesta una promesa que aún sigue sin cumplirse.

“Tenemos 16 años de pulsear el teléfono. Por medio de la Asociación de Desarrollo, recogimos firmas y las mandamos al ICE, pero nada”, señaló Marcos Villegas.

Al igual que él, unas 100 familias esperan servicio telefónico.

Según dijo, el Instituto ya tenía en marcha el proyecto, pero cuando se vino el problema con Nicaragua por isla Calero, lo dejó botado para atender esa zona.

Juan Mora, un cartaginés quien viaja constantemente a Malinche para atender su finca, se consoló con un teléfono que parece fijo, pero depende de ondas radioeléctricas, y, como la señal en la zona es de mala calidad, no siempre puede hacer llamadas.