Lanamme insta a ‘salvar’ obras en trocha fronteriza

Ingeniero sugiere correcciones en manejo de aguas y resistencia de camino

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Ingenieros del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica instaron al Gobierno a “salvar” las obras que se construyeron en la trocha fronteriza con Nicaragua.

Luis Guillermo Loría, coordinador del Programa de Infraestructura del Transporte, del Lanamme, reconoció que se trata de una obra de mucha importancia para el país, a pesar de los defectos técnicos encontrados en ella.

“El proyecto es salvable. Nosotros lo tenemos muy claro: el proyecto se puede salvar, es una ruta muy importante para el país. Lo que pasa es que hay que darle un estándar que permita la función para la cual se creó”, declaró Loría en su comparecencia en el Congreso.

El especialista fue convocado por la comisión especial que investiga irregularidades en la trocha fronteriza 1856- Juan Rafael Mora Porras.

Para Loría, ese estándar que él recomienda es el mínimo requerido para un camino de lastre por el que circulan menos de 1.000 vehículos por día, y con rellenos y taludes bien trabajados para evitar deslaves posteriores.

Además, debe contar con los sistemas de canalización de aguas y mantenimiento adecuados.

Precisamente, en este último punto es donde aparecen las principales fallas de la trocha: en muchos tramos, tiene problemas en cunetas, alcantarillas y puentes.

Por ejemplo, criticó el uso de contenedores metálicos para que funcionaran como puentes en algunos pasos de agua de la vía.

Loría señaló que ese tipo de estructuras son muy endebles, cuando se pretende que por ese camino crucen maquinaria pesada, camiones y equipo con orugas.

Alegó que el uso de un contenedor como puente es más frecuente en la trocha de una “finquita”, pero no en un camino de emergencia, que es de trascendencia nacional.

Precisamente, algunos de los contenedores que el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) colocó en la trocha ya colapsaron.

Entre ellos, el paso con contenedores y tucas que se construyó sobre la quebrada Rosalía, en Boca Tapada de San Carlos, y que se desplomó a principios de este mes.