La calle de San Carlos donde a todos se les queman los electrodomésticos

13 familias suelen perder pantallas, ‘routers’ y hasta motores de garaje cuando hay tormenta eléctrica; los vecinos apuntan a un común denominador: una antena de telecomunicaciones. Les sugieren desconectar todo, pero esa no es opción para quienes trabajan para multinacionales.

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Los vecinos de la calle Arias, en Venecia de San Carlos, están hartos de que, con las tormentas eléctricas de cada época lluviosa, a todos se les “quema” algún electrodoméstico. Uno tras otro, los habitantes pierden pantallas, routers y motores eléctricos de garaje con el caer de los rayos en la llanura.

Los afectados de 13 casas apuntan a un común denominador: una antena de telecomunicaciones que está en medio del vecindario, la cual es utilizada por varias empresas.

De acuerdo con la Unidad de Descargas Atmosféricas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), en lo que va del 2022 han caído 58 rayos en un rango de un kilómetro alrededor de la torre de la calle Arias.

Óscar Arias Sánchez es un vecino que ha liderado al barrio en busca de una solución. En su criterio, pese a que la torre tiene sistemas de pararrayos y puesta a tierra en buenas condiciones, estos protegen únicamente la estructura de la antena, pero no evitan que las descargas eléctricas pasen al cableado público y, finalmente, lleguen a sus hogares.

Los vecinos enviaron una carta a la empresa Claro y solicitaron la presencia de personal de la empresa para descartar problemas técnicos en la antena.

La compañía declaró que la torre es propiedad de una empresa proveedora de infraestructura en donde colocan antenas diferentes operadores de telefonía móvil. No obstante, los vecinos se guían por el cartel de Claro que se encuentra pegado al frente a las instalaciones.

El miércoles 19 de octubre, llegó un ingeniero de dicha empresa telefónica. A la cita acudieron los vecinos Óscar Arias Sánchez y don Eduardo Rivera Garita. Este último es el propietario de la casa 1, a quien se le estropearon dos pantallas, un módem, dos routers, una grabadora de cámaras, una alarma, un motor de portón y un teléfono fijo en diferentes tormentas eléctricas.

El empleado de Claro respondió a Arias y a Rivera que, “si hay tormenta es lo lógico”, y que conviene desconectar todo en esos momentos. Les agregó que, aun si la torre no estuviese ahí, la responsabilidad de proteger los aparatos es de los vecinos, “porque el punto débil es el sistema de tierra de las casas”.

Para la familia Rivera, “desconectar todo no es una opción”, pues dos de sus integrantes trabajan en empresas multinacionales desde sus casas y no pueden abandonar sus trabajos cada vez que llueve.

“El sistema de tierra de mi casa es el mismo que el de todas las demás casas”, argumentó Eduardo Rivera.

Posición de empresas telefónica y de electricidad

La firma Claro aseguró que atendió la consulta de los vecinos “en tiempo y forma, realizando una visita con el equipo técnico”, en donde se mostró a los habitantes que tanto la torre como la antena cuentan con el sistema de protección y puesta a tierra avalado por el National Electric Code (NEC), cumpliendo con la norma eléctrica costarricense y estándares internacionales.

Según los vecinos, el ingeniero de Claro dijo que se podía instalar un sistema masa-tierra que drene el rayo, con lo que la descarga va a ser menor, aunque eso no evita “que la descarga se vaya por donde quiera irse”.

Este medio también consultó el criterio de Coopelesca, distribuidora eléctrica de la zona norte, la cual señaló que “esa es una zona de mucha descarga atmosférica”.

Agregó que los sistemas eléctricos de las viviendas tienen que tener protecciones, puestas a tierra y breakers, pero hay casas que son muy viejas y no tienen esto: “La gente debería revisar sus instalaciones eléctricas para evitar este tipo de cosas”.

El vecino Keilor Chacón Chaves perdió tres pantallas y una grabadora de cámaras en el último año y asegura que está cansado de comprar electrodomésticos nuevos, por lo que se resignó a desconectarlos cada vez que empieza a llover.

Él es técnico eléctrico graduado del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec). En su opinión, “el pararrayos por sí sólo no sirve de nada, sino tiene un mejor sistema de tierra”.

En la casa de don William Arias se quemaron dos teléfonos fijos. Él declaró a La Nación que en una ocasión vio “un chispero” recorrer el alambrado público y explotar en un transformador. Ese día, se quedaron sin luz por varias horas.

La torre lleva más de una década en el sitio.

Ingeniero explica y sugiere solución

Luis Carlos Muñoz Chacón, ingeniero eléctrico y docente del Tec, explicó que un sistema de tierra de una estructura no garantiza la protección contra todos los fenómenos eléctricos.

“Partamos de los hechos: las casas que están alrededor de esa torre están sufriendo daños cuando hay rayería. Lo más probable es que esa antena sea un excelente captador de rayos. Ella atrapa el rayo, lo conduce a tierra, pero cuando ese rayo cae, produce una onda electromagnética.

“Esto forma un campo magnético que incide sobre los cables de alimentación de la torre, llega al transformador y se conduce por el sistema que alimenta a las casas”, detalló el especialista.

Para Muñoz, los transformadores deberían tener descargadores de sobretensiones, que es una protección contra descargas atmosféricas. Sin embargo, los transformadores de la calle Arias no tienen este dispositivo.

“En ese barrio hay transformadores muy buenos, pero no tienen las protecciones necesarias”, detalló Muñoz.

El ingeniero sugirió colocar dos descargadores, pero esto le correspondería a la compañía encargada del servicio eléctrico.

En cuanto a los vecinos, una única solución individual para sus casas costaría casi ¢350.000. Esto serviría para instalar un supresor de transitorios y regletas especiales por toda la casa.

Cientos de miles de colones en posibles daños

Luis Alexis Fernández Morales tuvo que reparar el portón eléctrico en dos ocasiones y, en la segunda, no le quedó otra opción que gastar ¢45.000 en un supresor de picos de energía.

Además de lo anterior, un hijo de Fernández, propietario de un taller de sublimados, perdió un monitor de computadora, una impresora y un hub para conexiones USB.

Doña Doris Arias perdió una computadora completamente nueva y bombillos, mientas su hermana Virginia Arias desechó dos teléfonos y un equipo de sonido. Además, se dañó la pantalla de la sala.

En el hogar de don Geancarlo Mora Vargas, perdieron varios bombillos y una ducha, mientras en la casa de doña Yuri Angulo, se descompuso un equipo de sonido, un horno microondas, una lámpara y bombillos. Don Juan Angulo, padre de doña Yuri, una tarde de rayería hace tres meses lo dejó sin refrigeradora. Marianela Arce tuvo que tirar tres routers.