CoopeVega de Cutris, San Carlos. “Ahora estoy desempleado, con obligaciones económicas y lo peor es que en esta zona no hay posibilidad inmediata de encontrar otro trabajo; mi futuro pinta negro; no sé qué será de mí”.
Tal manifestación la hizo la tarde del jueves William Varela Acuña, uno de los 15 trabajadores despedidos del proyecto minero Crucitas en esta localidad.
En el campamento de la empresa Industrias Infinito ya solo quedan unos 10 empleados, la mayoría del área de seguridad.
Varela, con más de tres años de laborar en el fallido plan aurífero, dijo, abiertamente, ser presa de la incertidumbre desde que le comunicaron el despido.
La firma canadiense cesó a los 15 empleados este miércoles.
Gloria Gómez Gatica, quien laboraba como ayudante de cocina en Crucitas, expresó que el despido es el peor regalo adelantado de Navidad que le han dado en muchos años.
Esta jefa de hogar, madre de tres hijos, dos de ellos universitarios, no ocultó su angustia pues si bien la minera le ha reconocido todos sus derechos laborales, de no lograr emplearse en otra actividad, ese dinero de la cesantía y preaviso pronto se le agotará.
Más pobreza. Francisco Alfaro, presidente de la Asociación de Desarrollo Comunal de Coopevega, dijo que el cierre de operaciones por parte de la compañía aumentará la pobreza en Crucitas, CoopeVega, Moravia y Chamorro, entre otros pueblos, próximos a la frontera con Nicaragua.
“Lo demuestra el hecho de que alrededor de 230 personas ya perdieron su fuente de ingresos.