Iglesia católica se abre a otorgar nuevas funciones a mujeres

Instrucción del papa Francisco permitirá nombrarlas como “portavoces” oficiales y acólitas, por primera vez en la historia

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Por primera vez en la historia, oficialmente, la Iglesia católica formará a mujeres para ser parte del Ministerio de Lectorado que es el que educa sobre la palabra de Dios en nombre de la Iglesia.

Su formación y certificación hacen que su palabra tenga rango de oficialidad, una especie de portavoz de la Iglesia católica en cualquier parte del mundo.

Este espacio siempre estuvo reservado para los hombres, quienes en su formación de seminaristas (para convertirse en sacerdotes) recibían instrucción para ser parte del Ministerio de Lectorado.

Sin embargo, el 11 de enero el papa Francisco instruyó a todas las Conferencias Episcopales para que hagan las adaptaciones tras la modificación del canon 280 del Código de Derecho Canónico acerca del “acceso de las mujeres al Ministerio Instruido del Lectorado y Acolitado”.

En este último caso, los “acólitos”, también se forman durante el seminario, solo hombres tenían, hasta ahora, ese rango. No existe en la Iglesia el término “acólita” pues nunca ese puesto había sido para una mujer.

El acólito es instruido para el servicio del altar y para ayudar al sacerdote y al diácono. Debe preparar el altar y los vasos sagrados y también distribuye a los fieles la eucaristía si se requiriera esta labor. En ausencia del diácono, concluida la oración universal, mientras el sacerdote permanece en la sede, el acólito pone sobre el altar el corporal, el purificador, el cáliz, la palia y el misal.

Diferencias

Manuel Rojas secretario ejecutivo de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, específicó que ni el Ministerio de Lectorado ni los acólitos se refieren a personas que colaboran leyendo durante las misas la biblia o los monaguillos o monaguillas (que se les llama acólitos de forma errónea) que ayudan al sacerdote en la misa.

“Los lectores que tenemos actualmente en las parroquias son designados para un servicio temporal determinado, son solo de esta parroquia y leen en una misa determinada. No pueden ir a otras parroquias a hacer esa labor. Los ministros lectores son para la Iglesia universal en cualquier parte del mundo y lo son de manera permanente, hasta el fin de sus días, requieren formación especial más fuerte porque su palabra tiene rango de oficialidad, tienen que estar preparados para hablar de la doctrinas. Son los portavoces de la Iglesia”, explicó Rojas.

Según Rojas, ahora un hombre o un mujer que sean lectores podrán proclamar la palabra de Dios, enseñar en nombre de la Iglesia en misas importantes. Por ejemplo, antes de esta modificación al canon, solo un diácono, sacerdote o ministro lector podían entrar a la misa con el libro de los evagelios en alto, ahora, también las mujeres podrán formar parte de este ritual al ser instruidas en ese cargo.

Rojas explicó que ahora las mujeres y hombres que sean instruidos como acólitos van a poder preparar el altar. Quienes generalmente ayudan a estar labor lo hacían de forma más asistencial, ahora tendrán esa tarea propia de su cargo como acólitas o acólitos

“Los monaguillos o monaguillas no podían preparar el altar cuando llega el momento en que se mezcla el agua con el vino. El acólito tiene muchas funciones, algunas se les dieron a los monaguillos y otras a los ministros extraordinarios de la comunión (los que ayudan a repartir la hostia) el acólito reúne todas las funciones como preparar el altar, traer le vino, mezclarlo con agua o limpiar y purificar el cáliz. Ahora los ministros acólitos serán mujeres y también hombres (seminaristas y no seminaristas) tendrán nombramiento universal permanente. Pueden ser acólitos en todo lado, tendrán un certificado para ello”, manifestó.

El sacerdote añadió que se debe hacer un reglamento que establezca los requisitos para formar a mujeres y hombres como parte del Ministerio de Lectorado, así como para acólitos y acólitas.

Estos cargos, recalcó, los podrán tener desde una ama de casa, hasta una jueza de la República.

La Conferencia Episcopal espera que la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, entidad que se encarga de todo lo que tiene que ver con celebraciones de culto de la Iglesia, defina los requisitos para hacer las adaptaciones en el país.

“Es la primera vez que les vamos a dar a las mujeres un ministerio oficial”, aseveró el sacerdote.

Marcela Guerrero, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), dijo que la apertura de espacios a las mujeres siempre es algo de aplaudir.

“Es cada vez más prioritario teniendo en cuenta que las mujeres son el 50% de la población, aplaudimos todos estos espacios. Ahora que se hace oficial la carta (del Papa), aplaudimos la iniciativa, de que las mujeres tengan más participación y voz internamente en la Iglesia”, celebró Guerrero.