Anunciar que solicitará para enero un alza del 13,2% en las tarifas de luz, puso en apuros al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), al generar molestia y confusión en diversos sectores.
El jerarca del ICE, Carlos Obregón, indicó el miércoles a la prensa que la petición ante la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) será por un 13,2%, pero distribuido durante el 2015, para bajar el impacto a las tarifas y lograr estabilidad de precios.
De esta forma, en enero los abonados sentirían un aumento del 3,3% sobre la tarifa actual. El cliente promedio del ICE (que consume 200 kilovatios/ hora) pasaría de pagar ¢17.600 a ¢18.200 cada mes.
Controversia. La información sobre el incremento llegó por medio de periodistas a oídos del presidente de la República, Luis Guillermo Solís, quien hace cinco meses prometió –al igual que Obregón– que el costo de la electricidad para los usuarios se mantendría sin variaciones por 18 meses.
Poco después de admitir que desconocía sobre la medida planeada por el ICE, Solís volvió a asegurarle al país que no habría alzas. Y lo hizo frente a Rónald Jiménez, líder de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep).
Pero, más que calmar, la diferencia de criterios entre Presidencia y el ICE generó confusión, inseguridad y molestia en sectores, como los industriales y empresarios.
“Ante toda esta novela, creo que lo más sano para el país es que el presidente del ICE renuncie (...). Solís necesita a alguien de confianza. El punto no es si el aumento es de un 1% o un 10%, sino que el ICE está actuando como una república independiente y sin coordinación”, resaltó Jiménez.
El ministro de Ambiente y Energía, Édgar Gutiérrez, reconoció que, de las manifestaciones de Solís y Obregón, se generó un “desastre de comunicación”, pero insistió en que no habrá aumento.
“La promesa del Gobierno fue mantener la tarifa y se ha cumplido, aunque por circunstancias tuvimos una rebaja este mes”, dijo.
Obregón admitió ayer el malentendido, aunque aseguró que no era su deber advertirle al mandatario sobre el anuncio que hizo.