Con el sombrero que usó el día de los atentados en Boston, Estados Unidos, Carlos Arredondo, considerado un héroe en esa nación , llegó anoche de “sorpresa” al país.
Arredondo arribó a las 7:35 p. m. gracias a un regalo de Caravan Tours, una empresa estadounidense que le obsequió los tiquetes aéreos y la estadía en un hotel capitalino durante cinco días, cercana al arribo, mañana, del presidente norteamericano, Barack Obama, a Costa Rica.
Arredondo, que sostenía en su mano una foto de Obama, aseguró que no hay nada planeado y que más bien espera reunirse, si se puede, con la presidenta de la República, Laura Chinchilla, en estos días.
Aunque sus familiares anoche sospechaban que sí se podría dar una reunión incluso con el presidente Obama.
Su madre, Luz Arredondo, lo esperó afuera del aeropuerto Juan Santamaría con ansias, y aún confundida por la llegada inesperada de su hijo.
“Lo único que me dijo es que venía hoy porque una empresa le pagó el viaje y la estadía, pero no sé a qué viene exactamente. Me suena que lo quieren reunir con la presidenta y el señor este, Obama”, explicó la madre del costarricense.
A su madre la acompañaban además su hermano Mario y el hijo de este, también llamado Mario.
Entre tanto, su esposa, Mélida Arredondo, quien se quedó en Estados Unidos, dijo telefónicamente que la compañía que trajo a su esposo a Costa Rica tiene relación con Chinchilla.
“Nosotros sabemos que en esta agencia de viajes que invitó a mi esposo, hay conocidos de la presidenta Chinchilla según nos dijeron ellos pero, obviamente, no existe ninguna invitación formal del Gobierno durante la visita del presidente Obama.
”Ellos (la agencia) no nos ha dicho nada, ni confirmado nada pero hemos estado en comunicación constante estos días”, explicó.
Muy conocido. Varios pasajeros que viajaron ayer con Arredondo en el vuelo de American Airlines desde Dallas, lo identificaron.
Según contó él mismo, los pilotos y varios de los pasajeros le firmaron una carta que llevará al joven que perdió las piernas el día del atentado en Boston.
“Después de la muerte y el dolor llega la alegría y eso es lo que yo le quiero llevar a los que sufrieron en Boston”, indicó Arredondo.
En medio de las personas que aparecieron para tomarse una foto con él, estaba Lucía Fernández Garita, una costarricense que venía en el mismo vuelo y que había corrido la Maratón de Boston.
“Es una gran alegría toparlo acá. Yo crucé la meta 17 minutos antes de los atentados”, dijo con lágrimas en los ojos. Fernández llevaba consigo la medalla que recibió en la maratón y el número que usó para tomarse una foto junto a Arredondo. Colaboró el periodista Juan Fernando Lara.