Furia del Virilla dañó cuatro hidroeléctricas de la CNFL

Dos generadoras quedaron inundadas y otras dos sufrieron daños severos

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El río Virilla descargó su furia contra cinco plantas hidroeléctricas de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) provocando severos daños a cuatro de ellas y pérdidas millonarias por energía eléctrica no producida.

No obstante, tanto la CNFL como el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) descartan faltante en el suministro eléctrico por la paralización de las plantas.

La noche del miércoles 3 de noviembre, una fuerte correntada llenó de agua, piedras y palos las oficinas, represas y casas de máquinas de las cinco generadoras.

Todas las plantas afectadas suman 62 megavatios de capacidad instalada (MW). Esto representa un 2,48% del total instalado en el país, estimado en 2.500 MW. De estas, solo la planta Electriona, de 5,8 MW, se logró poner en operación al día siguiente.

En este caso, el agua afectó la bodega de repuestos y dos oficinas. Aunque entró a la casa de máquinas, no dañó los equipos.

La Compañía calcula las pérdidas en ¢1.300 millones al mes, solo por la energía dejada de producir.

Mientras, la estimación del impacto económico por los daños a la infraestructura no estará lista hasta dentro de 15 a 22 días.

Mario Amador, director de Producción y Desarrollo de la CNFL, manifestó que todas las pérdidas (en infraestructura y producción energética) están cubiertas por una póliza del Instituto Nacional de Seguros (INS).

A su vez, el Instituto tiene ese riesgo colocado con reaseguradores externos que finalmente deberá asumir las pérdidas.

Nunca visto. La noche del miércoles 3 de noviembre, los 20 funcionarios de la CNFL encargados de la operación y seguridad de las plantas,detectaron un crecimiento inusual en el caudal del río Virrilla.

A las 10 p. m., cuando el agua empezó a anegar algunas de las plantas, se giró la orden para que todo el personal desalojara con el fin de evitar una tragedia humana.

“Esa noche hubo una crecida nunca antes vista en el río Virilla. Es la primera vez, en 35 años que tengo de trabajar aquí, que veo algo así”, comentó Amador.

En equipo, la peor parte se la llevaron las generadoras Nuestro Amo (8,8 MW) y Ventanas (10 MW), la cuales quedaron totalmente inundadas y difícilmente volverán a producir electricidad.

La que tiene probabilidad de ser rehabilitada es Ventanas. Sin embargo, esto implicaría cambiar todos los generadores. La presa sufrió daños, pero son reparables, el cuarto de control no se inundó y el túnel de conducción también está en buen estado.

La puesta en marcha de esta hidroeléctrica tardaría un año.

Entre tanto, la planta Brasil (27 MW), la más grande que tiene la CNFL en la cuenca del Virilla, y Belén (10,5 MW) tuvieron efectos de diversa magnitud.

Brasil tuvo severos daños en la represa y la casa de máquinas.

En el 2003 esta planta quedó fuera de operación durante seis meses debido a una inundación en su casa de máquinas mientras se realizaba un mantenimiento.

En la hidroelectrica Belén se dañó uno de sus tres motores (el más grande) de generación.

Las fuertes lluvias por el paso de la tormenta tropical Tomas también provocaron daños menores en la planta hidroeléctrica Pirrís que construye el ICE en el límite entre Los Santos y Parrita.