Cientos de católicos acudieron este jueves Santo por la mañana a la Catedral Metropolitana, ellos participaron de la llamada Misa Crismal, que presidió Monseñor Hugo Barrantes.
En esta misa se bendicen los óleos (aceite de olivo) que se emplean en bautismos, en los enfermos y se consagró el crisma (aceite de olivo perfumado). Durante las casi dos horas que duró la ceremonia, desde las 9 a. m., hasta poco antes de las 11 a. m., el templo lució lleno, incluso, algunas personas optaron por regresarse cuando ingresaron y no encontraron espacio.
Ver a los sacerdotes de la diócesis de San José reafirmar sus votos fue motivo de alegría para varios feligreses. La religiosa María Luz López, integrante de las misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, aseguró que es inspirador ver a los sacerdotes reafirmar los votos durante una celebración como la que se vivió hoy.
La misionera añadió que cada jueves Santo ella y sus compañeras de misión vienen de Moravia para participar de un día tan especial y solemne.
Para Gilberto Vargas, otro de los fieles que participó de principio a fin en la Misa Crismal, esta actividad ayuda a reafirmar y renovar la confianza en el sacerdocio. "Porque si ellos están dispuestos a seguir adelante, la fe se continuará expandiendo".
Para Vargas esta fue la primera ocasión que participaba de esta misa de jueves Santo, la que calificó como importante por las circunstancias actuales de falta de fe y alejamiento de la iglesia de muchos fieles.