Fe, calor y desorden caracterizan jornada de confesiones en la Catedral Metropolitana

200 sacerdotes reciben a los fieles católicos

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En medio de fe, calor y desorden, miles de fieles se congregan este viernes en la Catedral Metropolitana, en San José, para cumplir con el sacramento de la confesión.

La fiesta del perdón comenzó a las 8 a. m. y se extenderá hasta las 6 p. m. En ese lapso 200 sacerdotes recibirán a las personas que se acerquen al principal templo capitalino.

Cada minuto que pasa trae uno, dos, tres o más creyentes a las entradas de la Catedral. Algunos duran una hora en la fila, otros están atentos a la formación de una nueva hilera, todos se las ingenian con el mismo objetivo: desahogar sus pecados.

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A simple vista, la mayoría de devotos parecen sobrepasar los 30 años, pero entre ellos uno que otro joven se asoma en las filas.

Tal es el caso de Daniel Corrales, de 20 años y vecino de Tres Ríos, quien llegó a la iglesia a las 11:15 a. m., topó con largas filas; sin embargo, eso no lo detuvo en su camino de fe.

Este joven comentó a La Nación que acostumbra a confesarse y aunque regularmente va a la basílica de los Ángeles, este año decidió acudir hasta la capital.

"Pocas veces vengo aquí, acostumbro a ir a otro lado, pero por el horario de la universidad pude venir. Voy a esperar para que se ordenen un poco las filas, porque con la misa no sé dónde va la fila para confesarme", dijo Corrales.

Al tiempo que él llegaba, Ignacio Zúñiga, de 18 años y quien vino desde Tarrazú, salía de la Catedral. Desde hace algunos años sigue con fervor las fiestas de Semana Santa y aunque desconocía de la actividad de este viernes, hizo fila para confesarse.

"Cuando vengo a San José paso algunos viernes a la iglesia porque siempre hay confesiones. No sabía que estaba esto, pero como se aproxima Semana Santa aproveché", dijo Zúñiga.

Al igual que ellos, otros fieles como José Camacho se armaron de paciencia. Este señor, vecino de Hatillo, reconoció que se desplazó hasta la Catedral Metropolitana porque este viernes tuvo tiempo.

"Casi siempre me confieso, pero en otras iglesias, hoy (viernes) decidí venir", detalló Camacho.

Monseñor José Rafael Quirós mencionó que la fiesta del perdón es una oportunidad para experimentar la misericordia de Dios y para ratificar con viviencias la fe.

"Esto es una invitación para el llamado que realiza el Señor para la confesión. Durante los próximos días también habrán confesiones en diferentes templos", expresó Quirós.

Hacia el mediodía la cantidad de personas en la Catedral crecía, pero monseñor no se aventuró a realizar un cálculo. "Acá (en la iglesia) caben 1.000 personas sentadas, pero desde que iniciamos ha estado muy lleno, el movimiento ha sido constante, decir cuánta gente esperamos es complicado", finalizó el cura.