Falta de agua obliga a liceo a reducir horas de clase

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Nicoya. Guanacaste La escasez de agua en Guanacaste obligó a los docentes del Liceo Rural La Esperanza de Santa Cruz, a reducir las horas de clase a sus 80 estudiantes.

Sencillamente, no tienen agua para la limpieza de las instalaciones: ni para evacuar los servicios sanitarios ni para preparar el almuerzo a los estudiantes. Los muchachos, que antes salían a las 2 p. m., salen ahora al mediodía.

Las lecciones y servicios como el de comedor se han visto afectados desde que se secaron las dos nacientes de agua que abastecían la institución.

Desde que se inició el curso, solo tres días se le ha podido dar comida a los alumnos, quienes viven en comunidades muy pobres de la comunidad de La Esperanza Norte, ubicada a 23 kilómetros del centro de Nicoya, en Guanacaste.

“Al principio, se jalaba el agua para ir al baño solo a orinar, pero ya ni eso se puede hacer porque todo el mes de abril y lo que va de mayo no ha habido agua.

”Ante esto, se les ha pedido a los estudiantes que traigan agua para tomar de sus casas, y les damos la salida al mediodía porque no puedo tenerlos aquí con hambre. Los docentes sí salimos a la 1:30 de la tarde”, explicó la directora.

Debido a esta gran necesidad, los estudiantes del Liceo protestaron el 2 de abril.

Con carteles, demandaron soluciones rápidas para afrontar la escasez del líquido.

Por ahora, seguirán con el horario de clases reducido, pues no se vislumbra una salida pronta para el abastecimiento que les permita retornar al horario normal.

Uno de los problemas vinculados a este faltante, ha sido el atraso en la construcción de las nuevas instalaciones educativas, por las cuales han estado esperando los últimos doce años.

Aunque recientemente consiguieron fondos para la compra de materiales –¢277 millones costará la obra–, no fue sino hasta hace unos días que lograron que un vecino donara el terreno para colocar una bomba sumergible, el tanque y la tubería que les dé el agua que necesitan para la construcción.

Solo así es que podrán comenzar a levantar el edificio, el próximo 14 de mayo, según informó la directora Rojas.

“El colegio ya estuviera terminado, pero el problema fue que el terreno donde se va a construir no tiene fuentes de agua”, explicó la funcionaria.

Rojas dijo que aún están buscando recursos para cancelar una deuda por la compra de los materiales para llevar el agua al terreno .

Alumnos y docentes sueñan con ver el nuevo edificio listo en setiembre. Ojalá con agua disponible, no solo para el mantenimiento, sino para la comida de todos los estudiantes.