Fallar prueba de admisión causa gran desánimo

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León Cortés y Guatuso. Las ilusiones de estudiar Enseñanza de la Matemática en la Universidad de Costa Rica (UCR) se apagaron hace cuatro años para Helmer Mora Ureña.

En aquel momento, este joven vecino de León Cortés, quien ahora tiene 21 años, perdió el examen de admisión y desistió de probar suerte otra vez.

Mora asegura que se sintió mal con el resultado de esa prueba, sobre todo porque consideró que se le cerraron las puertas de la educación superior pues no tiene dinero para pagar una universidad privada.

“No pasar ese examen me desmotivó. Estuve un tiempo sin estudiar y trabajé en el campo con mi familia; luego entré al CUC (Colegio Universitario de Cartago) y saqué un diplomado en Administración y me gradué”, contó Mora.

Ahora este joven espera una oportunidad laboral.

El cantón de León Cortés, en la provincia de San José, es el segundo que menos profesionales universitarios tuvo entre el 2000 y 2007, según una investigación del Consejo Nacional de Rectores (Conare): solo 6 de cada 1.000 estudiaron.

Un panorama todavía peor tiene el municipio de Guatuso, Alajuela, donde vive Marco Vinicio López Elizondo, de 20 años e indígena maleku. Ahí solo 3 de cada 1.000 se graduaron de alguna universidad.

López ni siquiera pudo ingresar, porque también perdió el examen de admisión de la UCR.

“No considero que los alumnos de acá seamos malos, pero tenemos desventaja respecto a los de colegios grandes pues las condiciones no son iguales”, afirmó este joven, quien deseaba estudiar Diseño Gráfico o Música.

Esta situación ya pone a pensar a Jonathan Hernández Guido, de 18 años y quien cursa duodécimo año en el Colegio Técnico Profesional de Guatuso.

Hernández ya se inscribió para hacer las pruebas de admisión de la UCR y del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).

“Las condiciones económicas aquí son muy difíciles; durante vacaciones y días libres trabajo para tener dinero extra y así estudiar. Nuestras desventajas no son académicas, sino que debemos trabajar o caminar mucho para llegar al liceo y nos quita tiempo”, dijo.