Erupciones abren dos nuevos cráteres en volcán Turrialba

 Temperatura del macizo subió de 200 a 600 grados Celsius

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Las erupciones de ceniza lanzadas por el volcán Turrialba desde el martes anterior abrieron dos nuevos cráteres en la cavidad principal del macizo.

El hallazgo fue hecho por dos expertos de la Red Sismológica Nacional (RSN) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Los científicos Mauricio Mora y Raúl Mora aprovecharon una mejoría en las condiciones climáticas para bajar la mañana de ayer y corroborar el “nacimiento” de las nuevas cavidades; la primera de 30 metros de diámetro y la otra, también cercana, de 20.

La aparición de estas nuevas ‘bocas’ es muy común en los volcanes activos, expusieron los especialistas.

“Allí se registran pequeñas explosiones que generan la salida de ceniza y gas pero no de una manera tan intensa como sucedió el martes anterior”, afirmó Raúl Mora.

La expulsión de materiales volcánicos continuará durante semanas o meses, dijeron los expertos.

Raúl Mora detalló que los cráteres se hallan en un sector del volcán donde hay muchas rocas de diversos tamaños. Algunas son muy pequeñas, que al salir expulsadas, son desperdigadas en forma de ceniza.

Los cráteres se unirán en algún momento, añadió el científico.

Rodolfo van der Laat, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori), de la Universidad Nacional (UNA), insistió que en algún momento habrá expulsión de bloques más grandes y fuertes explosiones.

“Es inevitable, el proceso que ya está en marcha...”, añadió al ser consultado por La Nación.

Hasta ayer, las autoridades tenían reportes de daños en sembradíos y potreros ubicados en los cantones de Oreamuno y Turrialba.

Elevadas temperaturas. Los expertos también determinaron ayer un importante incremento en la temperatura del cráter principal.

Mientras el año anterior era de unos 200 grados celsius, ayer los aparatos registraron entre 500 y 600 grados Celsius, confirmó Raúl Mora. “No pudimos acercarnos mucho porque el calor es muy fuerte”, afirmó para ilustrar la situación reinante en el macizo.

El incremento en la temperatura podría estar relacionado con la cercanía de magma (roca derretida e incandescente) pero este aspecto se encuentra bajo investigación.

En cuanto a la ceniza, Mauricio Mora reveló que se trata de residuos rocosos acumulados desde 1866, cuando se registraron las últimas erupciones del Turrialba.

Baja la sismicidad. La actividad sísmica mermó ayer pero los científicos sostienen que la expulsión de ceniza y gases se mantendrá indefinidamente. Por eso, recomendaron “no bajar la guardia”.

Ayer, algunas de las erupciones alcanzaron más de 100 metros de altura, según la RSN y el Ovsicori.

“Ya no estamos registrando tantos trémores. Tenemos algunos de baja frecuencia pero estimamos que con esta baja sismicidad va a continuar la liberación de ceniza y de gases”, dijo Raúl Mora.

“El volcán no es que esté calmadito sino que está liberando menos energía, pero está en actividad y hay que estar muy atentos a sus cambios”, advirtió Mora.

Recordó que cuentan con equipos instalados en distintos puntos del volcán que permitirán detectar a tiempo la eventual “subida” de material magmático.

La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) anunció que mantendrá por 24 horas más la alerta amarilla en los cantones cartagineses de Alvarado, Oreamuno y Turrialba.

Para evitar eventuales problemas, no permitirán el ingreso de particulares, casi siempre curiosos, a la parte alta del volcán.

Ayer, las autoridades advirtieron que unas 8.000 cabezas de ganado, que estarían en poco más de 300 fincas en los tres cantones, estarían en riesgo por los efectos de la ceniza y los gases lanzados por el macizo

Acceso restringido. Unos 20 oficiales de la Fuerza Pública se mantienen a la entrada de La Pastora, en Santa Cruz de Turrialba, para chequear vehículos.

La Policía solo autoriza el paso de trabajadores de fincas y sus propietarios plenamente identificados a La Central, una zona de lecherías ubicada a unos seis kilómetros del macizo.

El control procura evitar el arribo de hampones que podrían saquear casas, lecherías, templos y una escuela en la región.