Encuentro con el Papa reavivó fe de cientos de jóvenes ticos

Actividad reunió a muchachos católicos de todo el mundo durante diez días

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Era sábado, 20 de agosto. Más de un millón de jóvenes de todo el mundo estaban reunidos en la base aérea de Cuatro Vientos, en Madrid, España, para una de las actividades estelares de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

“En la mañana no había ni una sola sombra y lo que nos sostenía eran los ‘manguerazos’ de los bomberos que nos mojaban de pies a cabeza”, relató Jazmín Rivera, de 28 años, una de más de mil costarricenses que acudió al evento.

En la noche, el papa Benedicto XVI llegó a la vigilia y se bajó del papamóvil entre porras: “¡Esta es la juventud del Papa!”.

“Estar ahí, verlo literalmente empapado pero con una sonrisa en el rostro por toda la juventud que, pese a la lluvia, le gritaba y le aclamaba...¡Fue impresionante”, contó Rivera.

El Papa tenía poco de estar ahí cuando una tempestad cubrió la ciudad de Cuatro Vientos, haciéndole honor a su nombre.

“El ventolero fue tal que se llevó las capillas donde había adoración eucarística. Los cardenales le hablaban, seguro para decirle que se fuera, pero él se mantuvo ahí.

”Después de la tormenta dijo: ‘Hemos vivido esta aventura juntos y su fe ha sido más fuerte que la lluvia. Muchas veces, Dios manda sus bendiciones, a través de la lluvia. Cada vez que tengan tempestades en sus vidas, recuerden esta noche, porque hemos sobrevivido a ello’”, relato Rivera, quien había asistido a dos JMJ anteriores.

“El viaje fue una cita de amor con el Señor. Traigo una maleta cargada de todos los detalles de amor que Dios me mostró. Llevé mis inquietudes a Madrid y volví con respuestas”, afirmó Rivera.

Motivación. La JMJ se efectuó entre el 11 y el 21 de agosto, bajo el lema “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”.

Jóvenes de todo el territorio nacional conformaron la delegación costarricense que asistió a la actividad.

El sacerdote José Eduardo Barquero, asesor de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de San José, resaltó el valor de esta jornada como una oportunidad para celebrar la fe.

“Es importante para el joven descubrir la institucionalidad de la Iglesia y que hay todo un aparato que no es perfecto, es cierto, pero los respalda”, afirmó Barquero.

Por otro lado, el cura señaló que “el verdadero reto es mantener la vela encendida ahora que los muchachos deben enfrentar nuevamente sus vidas y las mismas situaciones cotidianas”.

Manuel Muñoz, de 19 años, oriundo de Tibás, San José, también asistió a la jornada y agradeció la oportunidad de compartir con otros jóvenes.

“Participar en la Jornada fue genial, fue compartir experiencias, vivir nuevas etapas de la fe, fortalecer nuestro camino. No me gusta sonar muy afanado con la religión pero me marcó cómo Dios nos une”, aseguró Muñoz.