‘El Estado tiene que intervenir’

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Luis Sandí

Psiquiatra y experto en adicciones del IAFA

Desde una perspectiva médica, ¿cuál es la importancia de una ley como la que se plantea?

La primera causa de muerte en el país son las enfermedades cardiovasculares, seguidas por el cáncer. El tabaco es uno de los factores de riesgo más importantes, junto con el sedentarismo y los malos hábitos de alimentación.

”Las implicaciones de una ley como esta en cuanto a la calidad de vida y la esperanza de vida, son enormes, con una reducción significativa en las enfermedades más importantes que padece nuestra población”.

¿Cuánto humo de segunda mano es necesario para constituir un verdadero riesgo a la salud?

El punto no es si hace falta mucho o poco, sino que nadie tiene derecho de contaminar a otra persona y ponerla a respirar un aire sucio y tóxico. Es un asunto de derechos fundamentales.

¿Le corresponde al Estado intervenir en un tema como este?

Tenemos más de 50 años de retraso sin tomar las medidas pertinentes. En una sustancia tan tóxica y con evidencia tan irrefutable y contundente del daño que hace, el Estado tiene que intervenir para proteger la salud de la mayoría.

¿Esperaría que disminuya el numero de fumadores?

Yo creo que sí. Los estudios son muy contundentes de que a mayor costo del cigarrillo, a menor publicidad y a mayor restricción, menos consumo.

Se habla mucho de los beneficios para los fumadores pasivos. ¿Cuán efectiva es la prohibición a nivel de adicción?

El tabaco es una sustancia muy adictiva y la disponibilidad , el bajo costo y la facilitación al fumado promueven la conducta. Entre menos accesible y más costoso el tabaco, menos probable que se inicien nuevas personas en el consumo de este.

”Estudios nacionales demuestran que el 85% de los fumadores quiere dejar de fumar y el 60% de ellos lo ha tratado de hacer en el último año. Estas medidas promueven la motivación que las personas tienen para cambiar”.