El Coloradilla y El Pata Chinga mostrarán su bravura en Zapote

Animales heredan de la vaca su coraje, y la contextura física proviene del padre

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Turrialba y Siquirres. Si algún atrevido se llena de valentía y se para enfrente, lo ven como un enemigo a quien deben hacer volar por los aires sin ninguna compasión.

Si ese intrépido corre para salvar su vida, la inmensa bravura acelerará a El Coloradilla o a El Pata Chinga, con tal de alcanzarlo y darle su merecido.

Estos toros, de la Ganadería 3X, ya están listos para impregnar de emoción el redondel de los Festejos Populares de San José en las corridas que se realizarán entre el 25 de diciembre y el 6 de enero del 2013.

Cada uno pesa más de 300 kilos y, cuando fijan un objetivo sobre la arena, lo persiguen sin importar los capotes que se atraviesen, y eso dispara un montón de “¡uy!” o “¡corra!” desde las graderías.

Ambos no estarán solos. Otros 328 animales llevarán peligro a esas corridas, clavarán miradas desafiantes a los toreros e inundarán de suspenso a la clientela.

Los levantines y correteos que haga cada uno están antecedidos de una serie de cuidados que deben darles sus amos durante el año.

Heriberto Abarca, propietario de la Ganadería 3X, con fincas en Turrialba y Siquirres, contó que sus toros son desparasitados cada mes y medio.

Además, como parte de la dieta comen miel con minerales y les inyectan vitaminas. Por eso, tienen fuerza para brincarse hasta la cerca del redondel.

Abarca asegura que no hay maltrato cuando van a saltar al ruedo, pues es innecesario, ya que son bravos por naturaleza.

“Cuanta menos gente vea, es mejor (durante el año); cuanto menos movimiento tengan durante el año, más espectáculo y bravura.

”El toro tiene la fuerza necesaria para que la faena sea la mejor. A nosotros no nos gusta ver que los maltraten, nosotros los chineamos”, expresó Abarca.

Aunque no quiso hablar de tarifas, esta ganadería lleva toros de monta y para corridas a la tica a diferentes comunidades, de enero a diciembre. El precio dependerá de la distancia y del tipo de evento.

Eso sí, aseguró el ganadero, ninguno corre más de ocho veces al año, ni repite en un solo evento.

Así, el animal no sufre tanto desgaste físico que le haga bajar de peso, y tiene menos opción de lesionarse; además, brinda mejor espectáculo para los valientes toreros y para quienes pagaron la entrada.

Genes. Lo curioso es que El Coloradilla, El Pata Chinga y los demás toros férreos no heredaron ese coraje de sus padres.

Ignacio Abarca, hijo del ganadero, detalló que la ferocidad la transmite la madre. Esto obliga a la ganadería a dar un paso adicional para garantizar que la cría llegará a ser muy peligrosa y que perseguirá a quien se mueva.

“Hacemos lo que se llama tienta de vaquillas. Cuando la vaca tiene entre año y año y medio, traemos a algún torero y se le prueba la bravura”, comentó Abarca.

El legado principal que hace el padre es la contextura física.

Heriberto Abarca no duda en comparar a sus toros con un equipo de futbol.

Él es el entrenador que predice lo que hará el animal, lo cual le permite escoger el adecuado para La Familia Torera o para los juegos que suelen realizar los improvisados en Zapote.

Por eso dice que sus toros llenarán de peligro el ruedo y levantarán gente, además de arena.