El camino de regreso a casa de la Virgen de los Ángeles en la tradicional pasada se lució como una gran alfombra colorida y cargada de flores en los dos kilómetros de calles que hay entre la catedral Nuestra Señora de El Carmen y la basílica de los Ángeles en Cartago.
Escoltada por el cuerpo de bomberos y luego por oficiales de Vigilancia Aérea, la Negrita desfiló sobre varios mensajes de "Sí a la vida”, el tema elegido para este año.
Los fieles acompañaron a la Negrita en este recorrido desde la 9 a. m. hasta la 1 p. m. de este domingo, pero la jornada se inició desde muchas horas antes en medio de aserrí, flores, brozas de café y harina multicolor, con diseños artísticos que son preparados con meses de anticipación.
El recorrido se inicia frente a la catedral Nuestra Señora de El Carmen, donde permaneció por un mes la virgen. Allí, la alfombra de colores fue diseñada por el grupo Matrimonios en Victoria, de la diócesis de Cartago, el cual empezó a dibujar en las calles desde la madrugada de este domingo con 18 sacos de broza de café que fueron donados.
El personal de la estación de Bomberos inició la decoración desde este sábado por la noche. Bomberos permanentes como voluntarios decoraron con diversos materiales donados como cascarilla de café, cal y flores, así como rosas, girasoles y las hortensias.
También, desde la madrugada, 20 colaboradores de la Hermandad de Jesús de Nazareno en representación de la parroquia de San Nicolás de Torentino, tiñeron la calle con aserrí y harina colorida. El diseño para este año estuvo a cargo de Luis Ruiz, quien desde el año anterior preparó los 30 diseños laterales que decoran la alfombra de este año.
En la de la parroquia de Tierra Blanca, utilizaron materiales como aserrín de varios colores, flores y ciprés. Llegaron 50 personas de la comunidad que se habían organizado desde el mes anterior. La mayoría del material es comprado gracias a diferentes actividades que realizan de la mano de la iglesia del lugar.
Francisco Molina, uno de los 50 colaboradores de la parroquia de la comunidad de Guadalupe de Cartago, trabajó en la confección de la alfombra decorada con seis vírgenes y otras imágenes más.
“La figura de la virgen de Guadalupe la realizan entre varios porque conlleva gran variedad de detalles: el vestido es de aserrín y los detalles hechos con plasticola, lleva estrellas que se consiguen en la pasamanería y la cara, como es difícil sacar en aserrín, se imprime en una cartulina", detalló el colaborador.
Esta alfombra tiene cuatro metros de ancho y 92 de largo y flores como hortensias y rosas; los tintes son costarricenses y otros extranjeros que mandan a traer a Guatemala.
“Hay flores que son compradas y otras que tal vez alguna persona nos trae porque quiere que se las pongamos a la virgen, una de las figuras hechas en la alfombra fue una petición de una persona que se le hizo un milagro.
"La negrita siempre nos ayuda, guía e inspira; el aserrín lo buscamos con mucho tiempo de anticipación (se usaron 90 sacos), dos meses antes se empiezan a teñir. Los diseños son de Geovanny Cordero, una persona muy creativa en ese tema”, agregó Molina.
Gran parte de las flores donadas para este desfile son de familias de Llano Grande de Cartago. Una parte es donada, y otra es vendida, pero a precios cómodos. En total, los vecinos de esta zona trajeron al centro de Cartago unos 3.000 tallos de flores como rosas, lirios, claveles, pomas, fresias, liciantos y minicalas.
Muchos fieles se toman con seriedad la celebración y se lucen con trajes alusivos.
Es el ejemplo de Rogelio Coto, de la Asociación de Poetas Cartagineses, quien vistió de la época, junto a un grupo que pretende rescatar la cultura.
“Venimos vestidos a la usanza del año 1635 que fue el momento en que se halló la Virgen de los Ángeles y venimos a representar a toda la población afro, indígena y española que estaba en Cartago en ese momento y que fueron los primeros creyentes en la virgen.
"Lo hacemos como un rescate cultural porque la parte de la Puebla de Los Pardos y la cultura negra en Cartago y en todo el país ha sido olvidada y debemos rescatarla porque forma parte de nuestra cultura”, dijo Coto.
Magaly Díaz Cerdas, vecina de Guadalupe de Cartago, acompañó a su hija de siete años, Fiorella Flores Díaz, que iba vestida de jardinera por una promesa. “A mi mamá la operaron y casi fallece en ese momento, pero gracias a Dios y a la virgencita se logró salvar”, comentó.