Diálogo con indígenas sobre represa Diquís se complica

Defensoría pide a grupos aborígenes unificar criterios para negociar con el ICE

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El diálogo con comunidades indígenas de Térraba, Buenos Aires, donde el ICE pretende construir la planta hidroeléctrica más grande del país, se complica cada vez más.

Diversos grupos de esas localidades están opuestos al proyecto Diquís y reclaman al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) por la ocupación de sus territorios.

De acuerdo con la Defensoría de los Habitantes, que actúa como mediadora entre el Instituto y las comunidades, la diversidad de criterios y organizaciones indígenas dificultan las negociaciones.

“Entre los mismos indígenas térrabas hay posiciones antagónicas sobre la planta Diquís”, manifestó Luis Gerardo Fallas, defensor adjunto de los Habitantes.

Parte del problema es que ya hay pobladores térrabas trabajando para el Instituto en el proyecto.

Estos lo apoyan y más bien se oponen a la exigencia de otras agrupaciones de que el ICE debe salir de la zona de reserva.

Ante ese panorama, la Defensoría pidió a los indígenas definir una sola posición sobre el tema.

Fallas participó el jueves anterior en una reunión entre organizaciones comunales y el ICE.

En esa cita, Gravin Mayorga, gerente de Electricidad del Instituto, hizo un llamado al diálogo y la apertura, para conciliar posiciones.

Representación. Según el defensor adjunto, un problema medular es que la Asociación de Desarrollo Integral Indígena de Térraba no representa a todas las organizaciones o todos los criterios sobre la construcción de la represa.

La organización debía reunirse ayer para nombrar a dos miembros más en su junta directiva e intentar establecer una sola posición.

El otro tema difícil, según Fallas, es el sustento legal del ICE para ocupar los territorios indígenas. El propio Instituto deberá emitir un criterio al respecto.

Explicó que hay un acuerdo del 2007 según el cual las organizaciones autorizan el ingreso del ICE, pero sujeto a la suscripción de un convenio, que nunca se firmó.

“Al parecer, el ICE mandó borradores del acuerdo, pero los indígenas no quisieron firmar”, agregó.

Diquís es el más grande de los proyectos energéticos del ICE y sería una de las tres plantas más grades del Istmo. La hidroeléctrica tendría una capacidad instalada de 630 megavatios (MW) y su costo ascendería a $2.000 millones.