Coopelesca genera 82% de electricidad que vende a clientes

Instituto pretende cobrarle ‘tarifa de respaldo’ aunque no le compre energía

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San Carlos. Casi toda la electricidad que alimenta los hogares y empresas sancarleñas se genera en las plantas hidroeléctricas de Coopelesca.

La Cooperativa de Electrificación Rural de San Carlos (Coopelesca) ya alcanzó la producción del 82% de la energía que consumen sus 77.000 asociados. Solo el 18% restante proviene de compras realizadas al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).

Este es considerado como uno de sus logros más importantes al cumplir 50 años de operación. Su meta es que, en cinco más, genere la totalidad de la energía para sus clientes, disminuyendo drásticamente las compras al ICE.

“Significa que para entonces ya no tendremos que seguirle comprando electricidad a esa institución estatal”, dijo Omar Miranda, gerente general.

Actualmente, la cooperativa tiene entre sus planes el desarrollo de otros proyectos hidroeléctricos como La Unión, en la comunidad El Futuro de La Tigra, de 10 megavatios (MW) de capacidad instalada.

También hay interés en generación energía eólica, para aprovechar los vientos de la parte alta de Ciudad Quesada, así como desechos sólidos (biomasa) y geotermia de baja entalpía (aguas termales), que en conjunto podrían producir unos 33 MW.

Preocupación del ICE. En criterio de Luis Pacheco, gerente de Electricidad del ICE, la ley de participación de las cooperativas de electrificación rural les dio a estas empresas la libertad de generar “de acuerdo con sus decisiones”, para reducir el monto de las adquisiciones de energía al ICE.

Sin embargo, advirtió Pacheco, el Instituto conserva una serie de obligaciones, como disponer de capacidad extra para cubrir eventuales averías y periodos de baja producción.

Por ello, el Instituto planteó ante la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) un nuevo sistema tarifario que separe la venta de energía a las demás empresas eléctricas de una “tarifa de respaldo”, por las obras que debe hacer.

De esta forma, aunque una empresa o una cooperativa no le compre al ICE, siempre tendría que pagar ese nuevo rubro, cuyo monto todavía no ha sido especificado. En todo caso, la Aresep aún no resuelve la solicitud.

“Esta obligación legal de proveer la electricidad y garantizar la continuidad y calidad del servicio, requiere que el ICE invierta en la construcción de plantas con la tecnología adecuada para dar ese respaldo”, dijo el gerente del Instituto, quien añadió que también están obligados a proveer las redes de transmisión.

Agregó que, al reducirse la venta de energía, disminuye la capacidad para asegurar la energía de respaldo ante situaciones de emergencia.

Alcance. Coopelesca es una de las siete empresas de servicio público que tiene sus propias plantas de generación eléctrica.

Las otras son el ICE, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), la Junta Administradora de del Servicio Eléctrico de Cartago (Jasec), la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH), la Cooperativa de Electrificación Rural de Guanacaste (Coopeguanacaste) y la Cooperativa de Electrificación Rural de los Santos (Coopesantos).

Según Omar Miranda, la autosuficiencia es el principal objetivo que persigue su representada, nacida en 1965.

En aquel año, solo le daban servicio a Ciudad Quesada, cabecera del cantón de San Carlos, con una pequeña planta generadora operada por la empresa eléctrica Matamoros.

Tras el nacimiento de la Cooperativa, el servicio se fue extendiendo a los restantes 12 distritos y, ahora, sus líneas eléctricas llegan hasta la margen costarricense del San Juan, alumbrando a pequeños poblados como San Isidro de Pocosol y Tiricias de Cutris.

El área de concesión de Coopelesca es de 4.770 kilómetros, que cubre el distrito de San Jorge de Los Chiles, Peñas Blancas y Los Ángeles Norte de San Ramón, Río Cuarto de Grecia, el distrito de Sarapiquí de Alajuela así como La Virgen, Cureña y Puerto Viejo de Sarapiquí, en Heredia.

“La conexión del servicio eléctrico en estos pueblos tan retirados fue el empujón que se necesitaba para emprender otras obras de desarrollo”, manifestó Mario Cambronero, vecino de Cutris.

Para él, la electricidad le cambió la vida a su familia y a los vecinos de este pueblo fronterizo.