Unos 60 cisternas transportarán a diario el búnker que alimentará la planta térmica Garabito, al menos en los primeros tres años de operación.
Los vehículos recorrerán 250 kilómetros entre el plantel de Recope, en Moín, Limón, y la central en Montes de Oro, Puntarenas.
Así lo reconoció Gravin Mayorga, subgerente de Energía del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), durante una visita de inspección el jueves anterior.
El problema es que la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) no cuenta con un poliducto para transportar ese combustible a través del país.
El poliducto actual, que llega hasta Barranca, Puntarenas, solo trasiega diésel y gasolina.
En tanto, un proyecto de la Refinadora para construir una terminal petrolera en el Pacífico, donde los buques puedan descargar, apenas está en el papel.
“Vamos a forzar a que se vayan dando cambios en el país en la dirección correcta: contar con una planta térmica y el abastecimiento de combustible en el Pacífico”, manifestó Mayorga.
El presidente ejecutivo del ICE Pedro Pablo Quirós, dijo que se construyó la planta en el Pacífico por falta de líneas de alta tensión para transportar la energía desde el Caribe al centro del país. Colaboró Ronny Soto, corresponsal