Choferes apelan el 54% de las infracciones de tránsito

Consejo ha dejado de percibir ¢5.000 millones desde el 2008

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El camino más fácil para no pagar una multa es apelarla y así lo confirman las cifras del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi).

Desde que se habilitó el sistema de impugnaciones (con la ley de tránsito de diciembre del 2008) el 54% de los multados por cometer infracciones en carretera las impugnaron.

En consecuencia, el Cosevi se ahoga en la actualidad en 160.000 expedientes de apelaciones pendientes, y solo cuenta con 40 abogados para resolverlas.

Para salir de la presa, cada uno debería resolver 4.000 expedientes en los próximos meses.

Las cifras fueron confirmadas por Silvia Bolaños, directora del Consejo, quien lamentó que una buena parte de los conductores apelen los partes, aún cuando estén conscientes de su falta.

“Seguimos fortaleciendo un portillo que está fomentando en los costarricenses la irresponsabilidad de no hacerle frente al pago de las infracciones. Cometo la infracción e impugno”, se quejó la jerarca.

Cuando el infractor objeta la multa logra frenar el cobro de la infracción, no acumula intereses moratorios y se juega el chance de que fallen a su favor, entre otras ventajas.

En el caso de los choferes a los que se les incauta el vehículo (por velocidad, alcohol o falta de marchamo), si el chofer apela la sanción, el Cosevi está obligado a devolverle las placas.

Impacto. Debido al congelamiento del cobro de multas, el Cosevi dejó de percibir desde el 2008 unos ¢5.000 millones de los ¢10.000 millones presupuestados.

Ese faltante impacta los programas de seguridad vial del Consejo, la compra de semáforos y el pago de una parte de la planilla de policías de tránsito.

“Esa falta de recursos se refleja en la calle, en el semáforo que no se arregla, en la calle que no se demarca, en la falta de oficiales en carretera. La gente está entendiendo que se le cobra multa para hacer más plata (en el Cosevi) y ese no es el negocio”, manifestó Bolaños.

Curiosidades. Gustavo Solórzano, uno de los responsables de recibir las impugnaciones en San José, confirmó que algunos de los infractores recurren a excusas extremas para tratar de librarse de la multa.

Por ejemplo, un chofer que recibió un parte por usar el celular sin manos libres, alegó que el oficial de tránsito se equivocó , pues “en realidad se estaba rascando la oreja”.

Aunque este tipo de argumentos no son de recibo, Bolaños lamentó que se vean obligados a acoger los reclamos, pues su trámite quita tiempo y recursos. Colaboraron Amy Ross y Mercedes Aguero.