Circular por el cerro Cambronero exige destreza, paciencia y valentía. Los riesgos están bajo tierra, o en las laderas.
En el último mes, los fuertes aguaceros y la inestabilidad de la ruta se confabularon para convertir a este camino en algo similar a un campo minado.
En el kilómetro 51 (frente a la Bomba Panamericana), el carril de ascenso San Miguel de Naranjo - San José parece intacto, pero lo cierto es que debajo el relleno se socavó y la carpeta está prácticamente en el aire.
Treinta kilómetros después, en La Colina de San Ramón, una enorme falla geológica provocó hundimientos y el paso se habilitó solo con un carril de lastre.
Los peores daños están entre los kilómetros 81 y 87, donde se concentran al menos cuatro hundimientos, que provocaron diferentes fallas.
El más grave está en el kilómetro 87, donde solo se permite el paso de vehículos por un puente bailey con capacidad para 40 toneladas. A un lado, queda un gran precipicio.
Según María Lorena López, viceministra de Obras Públicas, el paso de alcantarilla colapsó y la única salida a este problema es construir un puente de concreto. Sin embargo, no podrá hacerse hasta pasadas las lluvias.
Además, hay laderas inestables y los conductores pasan temerosos ante el riesgo de que caigan piedras y materiales.
Francisco Jiménez, ministro de Obras Públicas, confirmó que en ese tramo hay, al menos, 30 puntos vulnerables. “Si sigue lloviendo hay un 99% de probabilidades de que volvamos a cerrar la vía”, advirtió.