Barrios buscan mecanismos para legalizar las agujas

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La Red de Barrios pro Seguridad Solidaria explora mecanismos para legalizar el uso de las agujas en las comunidades.

Esa asociación, que agrupa a 150 barrios, presentó una propuesta al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que a petición del Gobierno recoge ideas de la población para mejorar la seguridad.

“Queremos estar a derecho, deseamos una ley que regule las agujas porque queremos protegernos”, expresó Sonia Mayela Castro, parte de esa Red.

Lara Blanco, del PNUD, indicó que las propuestas serán agrupadas en ejes temáticos y luego incluidas en un documento para una discusión nacional.

Para habitantes de diversas comunidades, el control de ingreso mediante agujas disminuye el riesgo de la comisión de delitos.

Judith Villegas, vecina de la Urbanización Villas La Ceiba, en Alajuela, afirmó que eran comunes los robos a casas y ‘ bajonazos’ “Desde que pusimos la aguja, se acabó el problema”, dijo.

Un caso similar ocurre en Residencial Montecarlo, en San Sebastián, San José. Rosa Gómez Arce, vecina, aseveró que ahora viven con más seguridad.

“Preferimos arriesgarnos, y si la llegan a quitar (la aguja) la volvemos a poner”, advirtió Gómez.

Más casos. Por medio del perfil de La Nación en Facebook, algunas personas se refirieron a este tema.

Uno de los comentarios lo escribió Max Guerrero. “La inseguridad ya es insoportable y nos deben permitir buscar los medios para protegernos”, sostuvo.

Nuria Fernández, vecina del Residencial El Cafetal, en Alajuela, lamentó que el ayuntamiento les destruyera la aguja, tras un recurso de amparo interpuesto por una persona que no vive ahí.

Por su parte, Gisella Gutiérrez Olmedo comentó: “Estoy segura de que quienes se molestan porque les hacen preguntas (al intentar ingresar a una urbanización con aguja) es porque no han tenido una amarga experiencia de un robo o secuestro”.

Entre tanto, Paola Sáenz tuvo problemas con un dispositivo intalado en su barrio, aunque reconoció que mejoran la seguridad.

“Vivo en una casa a la par de la caseta del guarda y de las agujas. Interpuse una denuncia ante la Municipalidad de Moravia por que el guarda se iba a hacer la ronda a todo el residencial y dejaba la aguja cerrada.

“Como resultado, cualquier chofer que llegaba pitaba hasta por cinco minutos y se volvió insoportable”, agregó Sáenz. Colaboraron Francisco Barrantes y Fernando Gutiérrez, corresponsales de GN.