A las 8:10 de la noche del 19 de abril de 2007, los semáforos quedaron sin servicio, también los celulares y las bombas de agua. Empresas, comercios, casas edificios públicos...todo quedó en la oscuridad.
Una avería en la línea de transmisión de electricidad Arenal-Cañas fue la causante del último gran apagón nacional, que se prolongó hasta la medianoche de aquel jueves.
Desde entonces han pasado nueve años sin que se repita la emergencia.
Según el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), la puesta en funcionamiento de la planta térmica Garabito, en Montes de Oro, Puntarenas es la que actualmente garantiza el respaldo en caso de que las otras fuentes de energía estén en sus puntos mínimos.
Esa planta se incorporó al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en el 2011. Antes de Garabito, dice el ICE, se producían 1,12 apagones por año.
Actualmente, sin embargo, incluso Garabito ha tenido poco trabajo. En el último trimestre, el 97% de la energía provino de fuentes renovables y limpias.
El predecesor del apagón del 2007 se produjo el 21 de agosto de 2001 y solo duró 20 minutos. Ese fue causado por un rayó que impactó la planta hidroeléctrica de Cachí, en Cartago.
Salvador López, director del Centro Nacional de Control de Energía (Cence) del ICE, consiera que el SEN debe tener la capacidad para soportar “eventos súbitos”.
“El ICE trabaja continuamente en el reforzamiento de los sistemas de transmisión, así como en el mantenimiento de los sistemas de protección”, dijo en un comunicado Manuel Balmaceda, director del Negocio de Transmisión del ICE.
Un informe de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) reveló que en el 2015, los usuarios sufrieron en promedio 5,9 horas de interrupción eléctrica a lo largo del año.