La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) le dio un voto de confianza a su secretario general, Albino Vargas, tras conocer un informe de auditoría sobre el fracaso de un proyecto turístico en el que se gastaron ¢379 millones.
Esto sucedió ayer, durante una asamblea extraordinaria de esa organización, en la que casi 400 afiliados aprobaron una moción para apoyar al sindicalista.
Solo hubo 11 votos en contra, informó Vargas.
“Estoy muy agradecido con Dios. Después de tantos vituperios que he sufrido por este asunto, que le den a uno confianza y un nuevo aire político es impresionante. Tengo confianza de las bases para seguir al frente”, dijo.
A puerta cerrada. A la prensa le prohibieron la entrada a la actividad, que se llevó a cabo en el auditorio de la Conferencia Episcopal, en San José.
Durante tres horas y media los presentes conocieron y discutieron un informe de auditoría externa que evidenció la fallas del proyecto hotelero El Tití, en Quepos de Aguirre, Puntarenas.
Este plan se inició en el 2006 y se financió con fondos de ANEP.
El informe de auditoría, realizado por la empresa Rojas Ceciliano S. A., señaló un “absoluto descuido” en el manejo de los recursos, así como falta de estudios técnicos y registros contables.
Responsabilidad. Los afiliados acordaron ayer buscar asesoría legal para valorar si demandan a los responsables del fracaso del proyecto turístico, según explicó el secretario general.
Recientemente, el fiscal de la ANEP, José Manuel Gómez, señaló a Albino Vargas como el “principal responsable” del fracaso del proyecto hotelero.
Ayer, ni el secretario general ni otros directivos de la ANEP se refirieron a posibles culpables.
“Debe haber una asesoría jurídica para determinar eventuales responsables en materia penal y civil o en las dos. La idea es que se le recomiende a la junta directiva de la ANEP si entabla demandas. La organización tiene que superar este asunto y seguir adelante”, manifestó Vargas.
La Nación le preguntó a Vargas si se considera responsable por el fracaso del proyecto.
“Somos una organización compleja. Por lo general, soy el conductor político. Uno designa equipos de trabajo y cree que tiene los apoyos correctos, pero a veces no sale bien. Eso tenía una estructura bastante independiente”, respondió el sindicalista.