Alfonso Zúñiga: ‘Desearía morir en la Cruz y no vivir de recuerdos’

Zúñiga tiene 42 años de interpretar a Jesús

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San José (Redacción).  Una mirada triste, un cuerpo delgado y manchado de tinta roja que al pasar de las estaciones se mezcla con sangre real es la imagen que refleja Alfonso Zúñiga desde hace 42 años al interpretar el papel de Jesús en el Vía Crucis de San Pablo de Heredia.

Con el paso de los años el actor por devoción está más seguro de que lo que hace no es representar un personaje, sino, transmitir un sentimiento.

"He dedicado mi vida a representar el personaje de Jesús, de pintarme el rostro y ponerme la corona de espinas; en ocasiones pienso y es muchísimo tiempo, aún así, sigo con el mismo entusiasmo y una familia que me apoya y se sacrifica. Sin embargo creo que si lo dejo le voy a fallar a Dios.

Desde chiquillo me inquietó la imagen de Jesús; vivía enamorado de su tristeza y dolor. Como a los 16 años le dije a mi madre que quería salir de Jesús y junto a el sacerdote de aquel momento, me atreví a hacerlo.

La primera vez fue bellísimo, fue en la parroquia de Tres Ríos (La Unión de Cartago), yo estaba muy joven y el sentimiento que tuve fue como si alguien entrara en mí en ese preciso momento y aún siento lo mismo.

Por lo general, el recorrido del Vía Crucis es de dos kilómetros, pero todo inicia antes de llegar al lugar y no solamente es estar ahí y caminar bajo el sol con un montón de personas viendo; es un agotamiento físico: las rodillas rotas, los raspones de las caídas y los golpes de los látigos, que son reales.

Nos prestan una casa para cambiarnos, y minutos antes de salir, cuando veo a tanta gente a mi alrededor, escucho los tambores, me veo al espejo y no soy yo.

Y es que la gente también llega a creer que Dios está ahí, ya me ha pasado un par de veces: la gente se acerca y me abraza con un cariño que no se puede definir, pero son personas que nunca has visto en la vida, eso los llena de paz y a mi también.

Una vez listos, entran los soldados y como si se tratara de una historia real, te empujan y te hacen salir para cargar la cruz por las 13 estaciones hasta llegar a la de la crucifixión que para mi es la más difícil.

En una ocasión, ya no aguantaba dar un paso más, el sol era muy fuerte y solo logré poner uno de mis pies sobre la primera de las más de 10 gradas que tenía que subir para llegar al pedestal que estaba listo para la crucifixión, en ese momento me desvanecí y sobre mí cayó la cruz de madera que cargaba.

No recuerdo cuanto tiempo estuve así, pero sentí mucha paz y de verdad que me hubiera quedado ahí, fue algo que no puedo explicar, cuando me di cuenta estaba tirado en la entrada de la antigua iglesia de San Pablo de Heredia.

Más de una persona se percató de lo que sucedió, para muchos otros era solamente parte de la obra, pero para mí fue más que eso. Y es justamente lo que le pido a Dios: que me lleve con él cuando esté representando su papel en la Cruz ".

A pesar de que su interpretación de Jesús inicio en Tres Ríos, desde hace ocho años Alfonso se presenta en la comunidad de San Pablo de Heredia, ahí dice haber visto el fruto de su trabajo al ver como cada año es más la cantidad de personas que participan en las celebraciones de Semana Santa.

"Cuando llegué a San Pablo, nadie creía en eso, me sentí tan mal al ver tan poca gente. Yo creí que no iba a volver, pero poco a poco la gente se fue acercando.

La presentación del Jesús con la cruz por las calles dura un par de horas pero eso ha marcado vidas, y no es porque yo me lo atribuya, sino es que la gente se ha acercado y me lo ha dicho.

Y es que con el transcurso de los años, he visto y vivido de todo: personas llorando como si se les hubiera muerto la madre, personas orando e igualmente he visto gente riéndose de lo que sucede y eso lo respeto, pero intento mejorar y hacer que esa gente cambie con mi mensaje.

Lo último que me sucedió y que realmente me marcó es la historia de un hombre que desde hace ya varios años espera, religiosamente, a que el Jesús salga para darle gracias por un milagro que le concedió y que dice fue a través de la imagen que yo proyecto, desde entonces me da las gracias.

Yo entiendo que Dios me utiliza para llevar su mensaje y algo tengo claro, yo no soy Jesús, solo soy un instrumento. Pero tampoco puedo desalentar a la gente, no puedo ser como cualquier otra persona.

Espero hacer este papel por unos años más hasta que Dios me dé la oportunidad, pero no quiero llegar a viejo y vivir solo de recuerdos. Quiero irme cuando este sirviéndolo a él.

No me está preguntando, pero le pido a Dios una sola cosa a cambio: que al final perdone mis fallas y quizá estoy pidiendo demasiado".