Leonor Sánchez pertenece a las familias más viejas de El Cocal. Ella dejó su casa en isla Damas, hace 32 años, para vivir con su esposo, con quien procreó 5 hijos. Todos son pescadores.
Para Leonor, su barrio es un buen lugar para vivir: “Tienes mar, sol y es bastante tranquilo; pero en invierno se pone feo”.
La última vez que se vio con el agua por los tobillos fue hace dos años. Fueron seis días de lluvia.
Sánchez recordó que en varias ocasiones ha pasado gente que le ha hablado del riesgo en que viven ella y sus otros 2.000 vecinos.
“Nos han hablado sobre qué podría pasar si se da un sunami, pero no tenemos a dónde ir si eso pasa”, comentó la mujer .
Cuando llegó, hace 30 años, el terreno era más sólido y había pocas casas. “Con la de mi esposo eran 5 casas. Había muchos árboles y palmeras; hoy todos los han cortado o se ha ido cayendo”.
Hasta el día de hoy, ni la Municipalidad ni la Comisión de Emergencias han planteado una solución para salir del lugar.
“Estuvimos en un precario para tratar de salir de acá pero no pegamos porque era muy cerca de aeropuerto y nos sacaron de allí”, adujo Sánchez.
Ante el sombrío panorama Leonor pone el pecho a la balas: “Yo siempre he vivido cerca del mar, en la isla era lo mismo, hablaban de inundaciones y sunamis y hasta la fecha no ha pasado nada”, concluyó.