500 niños llevan 13 días sin recibir clases por terremoto

Directora anuncia que lecciones empezarán de nuevo el próximo lunes

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San José y Santa Cruz. Desde que ocurrió el terremoto de 7,6 grados Mw (magnitud momento) en Nicoya, la mañana del 5 de setiembre, la Escuela María Leal Rodríguez está cerrada.

Ante esto, los 520 niños matriculados en esa institución de Santa Cruz, Guanacaste, permanecen en sus casas. Hasta ayer habían perdido 13 días de lecciones.

El movimiento telúrico dejó inservibles tres pabellones, las aulas de preescolar y el comedor.

Aunque los dos pabellones más nuevos están bien, los escolares no van a clases debido al riesgo de que jueguen o caminen cerca de la parte deteriorada.

Para no interrumpir el curso lectivo, el Ministerio de Educación Pública (MEP) propuso que las clases se dieran en la Escuela Josefina López o en un colegio nocturno, ambos en Santa Cruz.

No obstante, los padres de familia se opusieron por la lejanía, aseguró Silvia Víquez, viceministra administrativa de Educación.

Ante esto, el MEP aceptó que el curso lectivo se reanude en la misma Escuela María Leal, pero una vez que sean demolidos los salones de clases dañados.

Emilia López, directora del centro educativo, anunció que los estudiantes están convocados para el próximo lunes.

“Ya se comenzó la demolición y se están recogiendo los escombros, además se va a restringir el paso a las zonas de peligro. Afortunadamente, nuestra institución cuenta con suficiente espacio para que los niños puedan desarrollarse tranquilamente”, explicó López.

Por el momento, los maestros están preparando materiales para que los estudiantes puedan ponerse al día con mayor celeridad.

Más corto. Debido a que esta escuela perdió aulas por el terremoto, los alumnos recibirán dos horas de clases menos cada día.

Silvia Víquez explicó que ahora el centro es de horario ampliado; es decir, los niños ingresan a las 7 a. m. y salen a las 2 p. m.

Sin embargo, para que todos quepan en los salones de clases habilitados, recibirán lecciones en doble jornada.

Esto significa que unos entran a las 7 a. m. y saldrán al mediodía, y los otros ingresarán a esa hora y se irán para sus casas a las 5 p. m.

En total hay diez aulas en buen estado para 18 grupos.

Por su parte, Juan Carlos Ortiz, padre de un estudiante, aseguró que le inquietan los días de clases perdidos.

“Como padres tenemos mucha responsabilidad de ponerlos a estudiar mientras no estén recibiendo lecciones”, argumentó.

Entre tanto, Silvia Víquez afirmó que este es el único centro educativo del país donde no se han reanudado las clases tras el terremoto. En algunos casos, los estudiantes asisten a lecciones en salones comunales o iglesias.