Leandra Abarca: ‘Se habla poco de la violencia autoinfligida’

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¿Qué nos dice el reporte sobre la violencia en Costa Rica?

Tiene cara de cosas que normalmente no se hablan en la sociedad. Por ejemplo, se habla poco de la violencia autoinfligida y es algo que cada vez se ve más.

”Por otro lado, está la violencia hacia el hombre. Las víctimas de violencia también tienen cara de hombre y van a seguir teniendo cara de hombre.

”También vemos que se violenta más a las personas que dependen de otros. Por ejemplo, la tasa de agresión en niños de 0 a 9 años es de 33,9 por cada 10.000 habitantes, y de 10 a 19 años es de 32. Luego baja, pero al llegar a los 60 años y más sube nuevamente a 25,3”.

¿De qué sirve esta información que recopilaron?

No pueden trazarse estrategias ni políticas públicas si no se conoce el escenario. Esto nos dice que tenemos que hacer estrategias de prevención de la violencia pensando en la gente que se agrede a sí misma, en los hombres y en los adultos mayores, que son poblaciones hacia las cuales no se han enfocado tantos esfuerzos anteriormente”.

¿Cuál es el mayor riesgo?

El impacto que puede tener la violencia en las personas que no llegan al sistema y se quedan en casa por miedo o vergüenza.

”Por cada persona que muere, hay muchos que quedan heridos de gravedad; por cada herido de gravedad, hay muchos que solo requieren hospitalización; por cada uno de ellos, hay muchos que solo requirieron atención ambulatoria. Pero lo que preocupa es que por cada persona que llega a un centro de salud, hay muchísimas que no llegan y su riesgo es alto”.

¿Qué hacer en estos casos?

Mejorar la educación para que se acuda a los servicios. La atención de la violencia es algo necesario no solo para el primer impacto y atacar las heridas físicas, sino que se requiere un abordaje posterior en la parte psicológica y emocional.