Fumó durante 40 años, dejó de hacerlo hace ocho meses y subió el Chirripó

Roberto González intentó dejar de fumar varias veces, pero cuando tocó fondo buscó la ayuda de especialistas; a sus 62 años se prepara para correr 21 kilómetros y volver al Chirripó

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Roberto González comenzó a fumar cuando todavía estaba en los últimos años de la escuela, a escondidas de su familia, pero tomando como ejemplo lo que hacía su papá. Y así transcurrió su colegio y su vida universitaria. Mientras se formaba como ingeniero agrónomo fumó hasta dos paquetes por día.

“Fumar me daba esa sensación de que era lo máximo, además de rebeldía y hombría”, relató este sancarleño de 62 años en un comunicado enviado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Intentó dejar el vicio en tantas ocasiones que perdió la cuenta, tampoco recuerda la cantidad de promesas que le hizo a su esposa de que dejaría el cigarrillo.

Siempre fue una constante en su vida. Recordó que cuando lo llamaban clientes internacionales no podía atenderlos sin tener un cigarrillo en la boca. Contó que tocó fondo el día que recibió una llamada de un cliente de Panamá y no encontró cigarrillos, y se puso a buscar las colillas en el patio de su casa para poder consumirlas.

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Dejar la adicción y subir el Chirripó

Su hijo, médico de profesión, fue quien le hizo ver que la razón por la cual no podía dejar el vicio era porque tenía adicción a la nicotina. Fue así como lo convenció de ir a la Clínica de Cesación de Tabaco del Hospital San Carlos.

Se propuso seguir al pie de la letra lo que le aconsejara el equipo interdisciplinario que lo recibió en la clínica. Profesionales en medicina, enfermería, terapia respiratoria, psicología, trabajo social y nutrición lo acompañaron.

Ahí se reencontró con el deporte, algo que siempre le gustó hacer, pero vio cómo sin fumar todo era diferente. Empezó a caminar, luego intentó trotar y después se animó a correr.

La idea de subir el Chirripó se convirtió en una meta física, pero también simbólica, de haber vencido al vicio. El nacimiento de su nieta le dio una dosis extra de motivación.

Ocho meses después de haber dejado el cigarrillo ya estaba en la cima del más alto cerro de nuestro país.

Pero esto no quedó ahí. Don Roberto planea volver a subir el Chirripó, pero también tiene entre sus metas correr una media maratón (21 kilómetros).

Siany Valverde Rojas, coordinadora de la Clínica de Cesación de Tabaco del Hospital San Carlos, invitó a todos los asegurados mayores de edad que quieran dejar de fumar o vapear a que se acerquen a esas clínicas del área de salud que les corresponde.

Durante ocho semanas estas personas recibirán el apoyo necesario, como lo hizo González.

“No hay palabras para describir lo gratificante que se siente vivir y respirar sin el humo del cigarro”, concluyó el sancarleño.