Don Jorge, un ‘tico de cepa’, llegó saludable a los 65 años y trazó su ruta rumbo a los 70

Jorge Astúa tiene al ejercicio, especialmente a las caminatas, como su regla de vida; dejó la comida chatarra, las bebidas azucaradas, las harinas refinadas y busca ser ejemplo para las personas de su edad

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Desde antes de cumplir los 40 años, Jorge Astúa Arias tenía dos cosas claras: quería ser un adulto mayor saludable y fuerte, y además, quería vivir en un planeta limpio. Sabía que debía tomar acciones para lograr ambas cosas y se puso a caminar con esto en mente.

Desde niño había hecho ejercicio, sus juegos implicaban siempre actividad física, pero esta meta lo impulsó aún más.

Las caminatas y ultracaminatas de más de 40 kilómetros han sido su forma de mantenerse activo, tiene décadas de no usar transporte público a no ser que sea estrictamente necesario y se moviliza de un lugar a otro caminando.

“Siempre me mantuve muy activo, primero jugando, luego era de participar en las mejengas de barrio. Después comencé a correr y trotar. Estudié Educación Física en la universidad. Como a los 40 años, una ortopedista me dijo que por un fallo en la rodilla no podía correr. Tuve que dejar mi sueño de hacer un triatlón, pero podía caminar y a eso me dediqué, luego vi que el cuerpo me respondía muy bien”, señaló a La Nación.

“De los 50 años a los 60 me dediqué a las ultracaminatas donde logré grandes récords personales con distancias de 1.000 y 5.500 kilómetros”, recuerda este hombre recién convertido en adulto mayor, población a la que se dedica este mes de octubre.

Para él, el ejercicio no es el único requisito para un envejecimiento saludable. Su alimentación, la forma de llevar sus gastos (no usa tarjetas de crédito), no tomar licor ni fumar, sus actividades cotidianas y su interacción con los demás marcan también su otra forma de vida, que según él, lo hizo llegar saludable a los 65 años y son su hoja de ruta hacia los 70.

Él va aún más allá: no ve televisión, no utiliza redes sociales, no usa teléfono celular. Pero asegura que no necesita nada de eso. Además, este alajueliteño cambió su residencia a Guápiles, Limón, donde también tiene espacio para sembrar lo que come: yuca, tomate, maíz, frijoles, culantro, entre otros.

Astúa recopiló todo lo que le ha funcionado hasta el momento en un documento que pueda servirle a las personas de edades similares que tengan la misma meta.

“El ser mayor no significa que ahora puedo ser sedentario, debo moverme hasta donde la capacidad me lo permita”, destaca en su propuesta.

Su preocupación no es antojadiza. El Estudio Latinoamericano sobre Nutrición y Salud (ELANS) arrojó en 2018 que el 32,6% de los costarricenses participantes del análisis tiene sobrepeso y el 30% ya presenta obesidad. Esta es una cifra muy similar a la de la Encuesta Nacional de Nutrición. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en Costa Rica.

Camino a los 70

¿Cómo prepara Astúa esa llegada a los 70 años? Como siempre, caminando.

Él detalla que durante el 2020, año en el que cumplió 65 años y se convirtió en adulto mayor, entrena en Guápiles varias veces a la semana. Son 24 kilómetros, y, además, hacer un fondo de 80 kilómetros en 24 horas.

Para el año entrante el plan es no menos ambicioso: “entrenar mucho, ir de Alajuelita a Puntarenas varias veces, 100 kilómetros por gira, poder caminar 90 kilómetros en 24 horas”, confirma decidido.

Su plan de cinco años contempla que, para el tercer año, podrá caminar 100 kilómetros en 24 horas.

Su meta es que ya para sus 70 años pueda participar en algún tipo de récord Guinness de caminata.

“Hay que trabajar por etapas. Hay personas que dicen que quieren llegar sanas a los 80, pero primero hay que prepararse para los 70. Yo lo que hice fue desechar televisión, redes sociales, celular, y el transporte, cuando me di cuenta tenía nueve horas extra al día. Entonces me dediqué a hacer actividad física esas nueve horas: caminar para hacer los mandados, como aquí no pasa la basura, camino tres kilómetros con la basura en un carretillo y eso me sirve de ejercicio”, destacó.

En Costa Rica, hay 453.000 mayores de 65 años, según el Instituto Costarricense de Estadística y Censos, de los cuales, el 59,7% presenta presión alta y el 28% diabetes.

Sus consejos

Jorge Astúa asegura que su mensaje no es que todas las personas tomen su plan, sino que cada una haga uno propio para llegar a la vejez de una forma saludable.

En el caso de las personas que aún están lejos de llegar a ser adultos mayores, él es enfático: “si quieren llegar a esta edad sin enfermedades crónicas, deben comenzar desde jóvenes con un buen plan, con mucha actividad física y una alimentación que incluya frutas, verduras y que no contenga “comida chatarra” ni grasosa.

“A los 20, 30, 40 es muy fuerte lo que se nos viene si no tomamos conciencia. Es posible que usted llegue a los 85, pero ¿con qué calidad de vida? La idea es que si llegamos a esa edad lo hagamos con la misma fuerza”.

Hay otro grupo que también le preocupa, gente de su edad que tal vez nunca se ha preocupado por un estilo de vida saludable. No obstante, asegura que ellos aún están a tiempo.

“Actualmente, cerca de 755.846 adultos mayores de 60 años se dirige a una nueva expectativa de vida de los 80 años, lo que hace necesario forjarles un plan de vida para que logren llegar al menos 60% en óptimas condiciones”, destacó.

“Tenemos solo un hospital geriátrico”, añadió.

El secreto es que cada persona busque esa actividad física que más le guste y se comprometa con ella.

“Si se puede hacer una hora, mejor. Ahora es cuando más tenemos que mantenernos en movimiento”, destacó.

El manejo del estrés también es clave en esta época: “entre más preocupaciones se ponga uno, menos sano va a estar”, concluyó.